domingo, 29 de enero de 2017

Mientras que el cuerpo y los lectores aguanten...

Mientras que el cuerpo aguante... y no se seque la fuente de inspiración,  seguiré escribiendo mi artículo semanal en Granada Hoy. Afortunadamente mi sección sobre Sierra Nevada, en sus dos vertientes, Paraíso de Biodiversidad y Montaña de Oportunidades, da para mucho todavía. Ya ha dado para 27 meses seguidos, 116 artículos diferentes por lo que cobra sentido lo de que Sierra Nevada es una gran montaña, un pequeño continente.


Definitivamente nos hemos pasado a los sábados en los artículos en el periódico. Dice la jefa que se venden más periódicos y, lo que es más importante, se lee más, especialmente el tipo de información que yo hago.

Pensando en esta circunstancia, cuando escribo me imagino a un lector sentado tranquilamente echándole una ojeada a las páginas, viendo y leyendo las noticias del día, los artículos de opinión, el reportaje principal... y encontrándose con mi sección, un oasis verde entre ese marasmo de #doshospitalescompletos, #casoNazarí #AveSoterrado y tantas otras cuestiones de interés público general. Me imagino a un hipotético lector/a desconocido y que tampoco me conozca a mí, 'chocando' con mis páginas, leyendo el titular y la entradilla, parándose a ver las fotos, (buscando el texto del pie de foto), interesándose por  los resaltados... y, con suerte, profundizando en su lectura completa. Poniéndome en el lugar del lector procuro componer mi reportaje teniendo en cuenta esta 'mecánica' intentando atraer a quien se encuentre con mis páginas de manera casual.

También me pongo en el lugar de aquellos seguidores que me conocían, o que me han conocido a través de esta ventana, que buscan deliberadamente mis artículos (conozco a unos cuantos 'jartibles'), en los que pienso también cuando escribo, cuando busco fotos y cuando selecciono el tema, habitualmente el fin de semana anterior. Me merecen mucho respeto, independientemente del número que sean, y hago el esfuerzo de que cada reportaje les suponga atractivo e interesante.

Pero sobre todo, cuando escribo, cada semana desde hace ya más de dos años, (exactamente 27 meses), pienso en cómo recibirán mi artículo en el periódico. Tengo tanta libertad que a veces tengo poco retorno, sólo sé que mando mi material con algunas observaciones sobre cómo pienso que debería ser 'montado' y me lo encuentro luego en el papel. No sé si será lo habitual, no sé cómo funcionan otros colaboradores, cómo me ven los 'compañeros'...  aunque siempre me quedarán las palabras, espero que renovadas, que dejó impresas la directora Magda Trillo en la publicación en la que recopilamos los artículos de mi primer año.
En esta entrada en el blog dejo abierto para comentarios de los que estén en cualquiera de los grupos anteriores y quieran indicarme cómo reciben los artículos, cómo los interpretan, qué les ha gustado más (y menos si es el caso), incluso qué temas o lugares quieren que trate. Os espero.

lunes, 23 de enero de 2017

Los más bellos de la Sierra

Detalle de la flor del narciso de Sierra Nevada.
Me gusta rebuscar en la etimología de los nombre científicos y en su origen y esta semana que tocaba un artículo sobre biodiversidad he jugado un poco buscando plantas que tuvieran una relación con dos mitos clásicos de la belleza masculina: Narciso y Adonis. Aunque los protagonistas principales del reportaje son los narcisos de Sierra Nevada y el adonis de primavera hay otras especies de sus mismos géneros que completan la representación de la, casi inagotable, muestra de la diversidad florística de Sierra Nevada.

Elaborado el texto sólo me cabía buscar el asesoramiento y revisión de mis "botánicos de cabecera", José Miguel Muñoz y Mario Ruiz que buscaron en los archivos las imágenes que ilustran el artículo y que justifican el titular.

Adjunto enlace a la edición digital en la web del periódico Granada Hoy. http://www.granadahoy.com/granada/bellos-Sierra_0_1101790337.html

Y así quedó la edición en papel, a doble página y en color, del pasado sábado, al que nos hemos pasado ya que dice la directora que es el día en el que se venden más periódicos y en el que la gente lee más tranquila este tipo de reportajes. Amén.



Los más ‘bellos’ de la Sierra
Dos géneros de plantas, Narcissus y Adonis, han recibido los nombres de los seres mitológicos más representativos de la belleza masculina.
NARCISO DE SIERRA NEVADA

Narcisos de Sierra Nevada
El “Narciso de Sierra Nevada”, (Narcissus nevadensis) es una planta perenne que puede llegar hasta los 50 cm de altura., bulbosa, glabra (desprovista de pelos y glándulas) y glauca (color verde natural). Pertenece a la familia Amaryllidaceae. Vive en suelos generalmente silíceos, en praderas de juncos o herbazales permanentemente húmedos y estacionalmente encharcados, sobre todo en bordes de arroyuelos y pequeños manantiales, entre los 1.400 y los 2.300 m de altitud. Florece entre marzo y abril. Es endémica de Sierra Nevada y de la Sierra de Baza.
Los narcisos, por ser plantas con flores de una gran belleza, han sufrido de intensas recolecciones que diezmaron sus poblaciones. En la actualidad es una planta amenazada por la escasez de su hábitat y por su fragilidad ante los usos antrópicos, las variaciones climáticas y la alteración del régimen hídrico. 
  
En Sierra Nevada hay presentes otras tres especies de narcisos. Narcissus baeticus, N. triandrus subsp. pallidulus y N. cantabricus.
Narcissus triandrus subsp. pallidulus
Narcissus  cantabricus
Narcissus baeticus
FLOR DE ADONIS
Adonis vernalis. La adonis de primavera, ojo de perdiz o flor de Adonis, es una planta de distribución euroasiática que en la Península Ibérica queda restringida al Noroeste del Sistema Ibérico y parte oriental de la Cornisa Cantábrica. En el Sur sólo está presente en el Sistema Penibético y Sierras del Levante Valenciano. En Andalucía está limitada su presencia a la provincia de Granada, en Sierra Nevada y en el parque natural de la Sierra de Huétor.
Pertenece a la familia de las ranunculáceas. Es una planta calcícola de suelos húmedos que forma parte de herbazales umbríos en bosquetes caducifolios o marcescentes (robledales o quejigales), entre los 1.100 y 1.800 m. Florece entre abril y junio. Adonis vernalis, fue descrita por Carlos Linneo en 1753.
Otras especies del género Adonis presentes en Sierra Nevada son: las lágrimas de sangre (Adonis annua), gotas de sangre (Adonis flammea), el adonis estival (Adonis aestivalis subsp. squarrosa) y el adonis amarrillo (Adonis microcarpa).

el adonis estival (Adonis aestivalis subsp. squarrosa)

adonis amarrillo (Adonis microcarpa)
las lágrimas de sangre (Adonis annua)

gotas de sangre (Adonis flammea)

MUY PROTEGIDAS Y ‘MIMADAS’ 
El narciso de Sierra Nevada y la flor de Adonis son especies incluidas en la Lista Roja de la Flora Vascular de Andalucía. El narciso está además en el Libro rojo de la flora vascular amenazada de España, como especie en peligro de extinción. Ambas especies están bajo el paraguas del Plan de recuperación y conservación de especies de altas cumbres de Andalucía mediante el que se llevan a cabo experiencias de protección de los ejemplares y de reforzamiento de las poblaciones. Se conservan semillas en el Banco de Germoplasma Vegetal Andaluz y se realiza un seguimiento demográfico detallado de estas especies.


Adonis de primavera. Plantas para refuerzo de poblaciones en Sierra Nevada



Curiosidades:
El nombre de Narciso deriva de la palabra griega narkào (= narcótico) y se refiere al olor penetrante y embriagante de las flores de algunas especies de narcisos.
Adonis, el bello joven amado por Afrodita, fue considerado por los griegos como el dios de las plantas.

ORÍGENES MITOLÓGICOS
NARCISO. El bello y vanidoso joven llamado Narciso, era hijo del dios río Cephissus y de la ninfa Leiriope. Preocupada por el bienestar de su hijo, Liríope decidió consultar al vidente Tiresias sobre el futuro de su hijo. Este le dijo a la ninfa que Narciso viviría hasta una edad avanzada mientras nunca se conociera a sí mismo.
Narciso era muy hermoso. Las doncellas se enamoraban de él, pero el las rechazaba. Entre las jóvenes heridas por su amor estaba la ninfa Eco, condenada por la diosa Hera, (celosa de esta ninfa, que no quería que encandilase a su esposo Zeus), a repetir las últimas palabras de aquello que se le dijera. Un día cuando Narciso estaba caminando por el bosque, se apartó de sus compañeros y al oír un ruido preguntó: “¿Hay alguien aquí?”, a lo que Eco respondió: “Aquí, aquí”. Incapaz de verla oculta entre los árboles, Narciso le gritó: “¡Ven!”. Eco salió de entre los árboles y le declaró su amor e intentó abrazar a su amado. Narciso la rechazó y le dijo vanidosamente que lo dejara en paz, y tomándose a mofa la declaración ya que se consideraba el más apuesto y guapo, capaz de tener a las más jóvenes y bellas de Atenas, Esparta o Corinto y despreciando a la ‘incapacitada’ ninfa. Desolada, Eco se ocultó en una cueva sola, triste y rota de desamor y allí se consumió hasta que sólo quedó su voz. Sin embargo, antes de su muerte, esta musa oró a Némesis, deidad de la venganza y la justicia divina, que maldijera a Narciso. Para castigar a Narciso por su engreimiento, Némesis, lo condenó a enamorarse únicamente de su propio reflejo.
Cuenta la leyenda que al ver su propio rostro reflejado en una fuente (o en un río) quedó Narciso en una contemplación absorta, incapaz de apartarse de su imagen y acabó arrojándose a las aguas. En el sitio donde su cuerpo había caído, creció una hermosa flor, que hizo honor a su nombre y memoria. Narciso pasó el resto de la eternidad en el inframundo atormentado por su soberbia y vanidad.
En la tradición helénica, hay una variante en la que el joven Ameinias ama a Narciso pero es rechazado cruelmente por él. Como una forma de burlarse de Ameinias, Narciso le entrega una espada; él la utiliza para suicidarse ante las puertas de la casa de Narciso, mientras reza a la diosa Némesis pidiéndole que un día conozca el dolor del amor no correspondido. Se cree que esta maldición se cumple cuando Narciso se enamora de su propia imagen reflejada en un estanque e intenta seducir al hermoso joven sin darse cuenta de que se trata de él mismo hasta que intenta besarlo. Entristecido de dolor, Narciso se suicida con su espada y su cuerpo se convierte en una flor a la que se le puso su nombre.
ADONIS. En la mitología griega Adonis es hijo de Cíniras, rey de Chipre, y de su hija Mirra, castigada por Afrodita, diosa del amor, a enamorarse de su padre. Fruto de esta relación incestuosa queda embarazada Mirra por lo que los dioses la convierten en una planta, el arrayán. De este arbusto partido nacerá Adonis, cuya belleza ya sorprendía incluso siendo un bebé. Afrodita ocultó al pequeño Adonis en un cajón y se lo llevó a Perséfone, diosa del Averno. Cuando Perséfone miró dentro del cajón quedó prendada y llevó al pequeño a su propio palacio, rechazando devolvérselo a la diosa del amor. Zeus no quiso pasar inadvertido en esta historia y decidió que el niño debería pasar una tercera parte del año con Afrodita, otra con Perséfone y el resto del tiempo, sólo.
Afrodita hechizada por la belleza de Adonis, lo que significaba que estaba perdidamente enamorada de un mortal, temía por su adorado y le advertía de los peligros del bosque. Pero el joven hizo oídos sordos y durante una cacería fue atacado por un jabalí, (que era Ares, dios de la guerra y celoso amante de la diosa), que acabó con la vida de Adonis; la inconsolable Afrodita hizo brotar anémonas rojas de cada gota de sangre vertida.
Zeus permitió que Adonis resucitase durante la primavera y el verano, siempre joven y bello, de manera que pudiese pasar el periodo de tiempo establecido con Afrodita. Su leyenda está unida al cambio de las estaciones, su coincidencia con Afrodita en el tiempo y el reencuentro de ambos marca el inicio de la primavera y el reverdecer de la naturaleza, mientras que su regreso al inframundo con Perséfone promueve el estreno del otoño y el inicio del invierno.

lunes, 16 de enero de 2017

Puente Palo, un pulmón alpujarreño

Esta semana en el periódico, tocaba el apartado "Montaña de Oportunidades"; mi idea era proponer en esta ocasión un lugar menos conocido de la Alpujarra que sirviera, por un lado, para resaltar la importancia de los bosques y por otro para promocionar el sendero Sulayr. El lugar elegido ha sido Puente Palo, un punto de enlace entre dos atractivos tramos de este sendero de gran recorrido, el cuarto y el quinto, que además encierra una interesante historia forestal.

Aquí os dejo el Enlace a la edición digital: http://www.granadahoy.com/granada/Puente-Palo-pulmon-alpujarreno_0_1099690144.html

Y así ha quedado la doble página, en papel y a color, el sábado en el periódico Granada Hoy


Puente Palo, Un Pulmón alpujarreño

En la vertiente sur de Sierra Nevada encontramos el paraje de Puente Palo, con una gran riqueza forestal: pinos silvestres, robles, encinas y castaños.



Los primeros trabajos de repoblación forestal en Sierra Nevada se llevaron a cabo en la cuenca del Río Chico, entre los términos municipales de Cáñar y Soportújar, entre los años 1925 y 1935 y tenían como objetivo frenar los importantes corrimientos de tierras que amenazaban las poblaciones de Cáñar, Bayacas, Soportújar y Carataunas así como lo arrastres que empobrecían y destrozaban las huertas de Órgiva y las vegas, a orillas del Guadalfeo, en las localidades de Vélez de Benaudalla y Salobreña. Uno de estos episodios se llevó por delante, a principios del siglo pasado, el pequeño pueblo de Barjas, en la cabecera de un arroyo secundario del Río Chico; sólo quedó un pequeño trozo del muro del cementerio.

Fruto de aquellos trabajos forestales y de actuaciones posteriores, en la actualidad la zona tiene una enorme riqueza forestal con uno de los mejores pinares de Sierra Nevada que está junto a un valioso robledal que se completa con ejemplares centenarios de encinas y castaños.

Además de su interés como pulmón forestal tiene un papel muy importante en la prevención de la erosión.

¿Cómo llegar?

Para acceder a Puente Palo hay un sendero de pequeño recorrido señalizado (PR-A22) que parte desde la casa forestal de Soportújar, próxima al vivero de Prado Grande, uno de los más antiguos de la provincia que estuvo operativo hasta los años 80 del pasado siglo. Esta es una de las razones por la que encontramos en sus alrededores un rico y frondoso arbolado de variadas especies de muchas procedencias que eran objeto de los experimentos forestales. Desde la casa forestal ascendemos unos 300 metros hasta encontrarnos con un hermoso ejemplar de secuoya, justo en una bifurcación. Tomamos el carril de la izquierda atravesando una ladera densamente arbolada desde la que disfrutamos de atractivas vistas de la Loma de Cáñar con el Cerrillo Redondo (2.912 m.) y el Pico del Tajo de los Machos (3.086 m,) que une esta Loma con la de Soportújar.

Tras cruzar el Barranco del Cerezo llegamos al antiguo vivero de Montechico, hoy convertido en un ‘arboreto’ con diferentes variedades de castaño, que atravesamos para subir por un camino que nos conduce a la pista forestal principal. Esta última parte del camino coincide con el inicio del tramo 5 del sendero Sulayr que va desde Puente Palo a Capileira. Una vez cruzado el río Chico llegaremos al paraje conocido como Puente Palo y un poco más adelante nos encontraremos el área recreativa construida en los años 80 que lleva este nombre. Estamos a una altitud de 1.750 m.



Antes de regresar merece la pena acercarnos a contemplar el robledal de Cáñar que está situado a poca distancia. Este magnífico robledal, en algunos lugares en proceso de recuperación con diferentes acciones selvícolas (podas, rozas, resalveos), tiene una gran importancia ecológica ya que el roble melojo, -también denominado rebollo-, que lo forma es una especie relicta propia de latitudes superiores que se mantiene gracias, por un lado, a las corrientes de aire cálido y húmedo procedentes del Mediterráneo (criptopluviometría), y por otro a las aportaciones recibidas de las filtraciones y careos de las acequias tradicionales.


Para llegar a la casa forestal de Soportújar podemos tomar un sendero que parte desde el mismo pueblo por bancales y cortijos hasta llegar a la pista forestal, para lo que emplearemos menos de una hora. Otra posibilidad es subir en vehículo, unos 5 kilómetros aproximadamente, desde la Ermita del Padre Eterno situada en la carretera de La Alpujarra (A-4132), a 1 kilómetro del cruce que conduce al pueblo de Soportújar.

También podemos llegar hasta el área recreativa de Puente Palo desde la localidad de Cáñar con una distancia aproximada de 9 kilómetros.


Encrucijada del sendero Sulayr

Puente Palo es el punto de encuentro de los tramos 4 y 5 del sendero circular de gran recorrido GR-240, conocido como ‘Sulayr’, el nombre con el que los árabes denominaban a Sierra Nevada, que a su vez lo habían tomado del latín Mons Solarius que significa ‘Sierra del Sol’.

El tramo 4, Tello-Puente Palo, parte de la antigua casa forestal de Tello, a 1.550 m. de altitud, ahora destinada parcialmente a refugio-vivac de senderistas y montañeros. Toda esta zona fue asolada por un extraordinadio incendio en 2005 que afectó a más de 3.000 has. y ha sido objeto de un proyecto de restauración en el que han colaborado diferentes grupos de investigadores y cuyo seguimiento y estudio sirve de orientación a otras actuaciones forestales.



Este tramo forma parte y recorre la sierra de Lanjarón y Cáñar atravesando, por sendas y pistas forestales paisajes variados, (pinares, matorrales de media y alta montaña, encinar, robledal y vegetación de ribera).

Tiene una longitud total de 8,7 km y un desnivel acumulado de 410 metros de subida y 210 de bajada. El tiempo estimado invertido en su recorrido es de unas 3 horas y media.

El tramo 5, Puente Palo-Capileira, es uno de los más concurridos y atractivos del Sulayr. Va paralelo a la acequia del Almiar, entre robles y encinas, durante varios kilómetros y luego desde La Atalaya se asoma al barranco del Poqueira, con los bellos pueblos alpujarreños de Pampaneira, Bubión y Capileira coronados por unas impresionantes vistas de las cumbres del Veleta y del Mulhacén. Este trayecto es uno en los que se produce una mejor combinación del patrimonio natural e histórico-artístico que configura el paisaje eco-cultural alpujarreño.



Muy cerca del sendero podemos visitar el centro budista O Sel Ling que significa ‘Lugar de Luz Clara’. Este centro fue fundado por el lama Yeshé y visitado por el Dalai Lama en 1.982. La tipología alpujarreña de los edificios utilizados como casas de retiro espiritual contrasta con la estupa y o el edificio con la rueda de las oraciones de inspiración oriental budista.

El tramo 5 termina en la localidad de Capileira donde enlazará con el siguiente, Capileira-Trevélez, que une las dos poblaciones más altas de Sierra Nevada. Tiene una longitud de 10,5 km con un desnivel de subida de 300 metros y de 515 de bajada. El tiempo estimado en su recorrido, en su mayor parte a través de sendas antiguas recuperadas, es de 4 horas.

CURIOSIDADES

El roble melojo, (Quercus pyrenaica), a pesar de su nombre científico, está presente en buena parte de la península, estando escasamente representado en los Pirineos, salvo en zonas bajas y valles del Prepirineo. El nombre melojo tiene un sentido peyorativo ya que proviene del latin malum folium = mala hoja. En Sierra nevada están ausentes otros robles considerados como los ‘hermanos mayores’, el roble carballo (Quercus robur) y el roble albar (Quercus petraea).



  

lunes, 9 de enero de 2017

Acurrucados


El día de Reyes he publicado este reportaje sobre un grupo de pájaros que es una muestra de la enorme biodiversidad de la avifauna de Sierra Nevada ya que las 8 especies del género Sylvia presentes en la península se pueden ver en nuestro gran macizo. Las currucas pertenecen a una familia que agrupa además a otras especies como carriceros, zarceros, reyezuelos y mosquiteros. Tienen un importante papel ecológico ya que, como aves insectívoras, regulan y controlan las poblaciones de invertebrados que pueden causar daños a la vegetación natural y/o a los cultivos. Por otro lado, como frugívoras tienen un papel importante en la dispersión de las semillas de muchas plantas. He contado con la colaboración de "pajareros ilustres" como Pedro J. SánchezAntonio GarruchoMariano Sevilla FloresJorge Garzón Gutiérrez, Antonio Velázquez y Juan Luis Muñoz.

Aquí os dejo el enlace a la edición digital del periódico:  
http://www.granadahoy.com/granada/A-CURRUCA-dos_0_1097290603.html

Y así quedó la doble página en la edición en papel. 


SIERRA NEVADA, PARAÍSO DE BIODIVERSIDAD


A-CURRUCAdos

Las currucas pertenecen a la familia de los sílvidos que agrupa además a otras especies como carriceros, zarceros, reyezuelos y mosquiteros. Se han citado 8 especies de currucas en Sierra Nevada.


UNA GRAN FAMILIA

Todos los representantes de la familia de los sílvidos tienen en común su alimentación, el pequeño tamaño y sus plumajes con colores discretos, salvo alguna combinación cromática cefálica en currucas y reyezuelos. Muchas especies son migradoras y emiten cantos elaborados en época de celo, sub-cantos invernales y un amplio elenco de reclamos. Salvo las currucas que presentan diferencias a veces apreciables no hay dimorfismo sexual.

CURRUCAS

Son aves propias de terrenos arbolados, áreas cubiertas de arbustos o sotobosques. Combinan los colores pardos, grises o blancuzcos y tienen dimorfismo sexual en el plumaje. Salvo en época de cría, todas las especies son muy huidizas y se detectan más fácilmente por sus variados cantos, de aflautados a ásperos, y sus castañeantes y rápidos reclamos de contacto o alarma, muy similares entre sí. Todas las especies son eminentemente insectívoras pudiendo completar su dieta con bayas y otros frutos silvestres carnosos, sobre todo en la época previa o durante sus desplazamientos migratorios. Salvo una especie con presencia en las Islas Baleares, todas las currucas de la península están representadas en Sierra Nevada.


IMPORTANTE PAPEL ECOLÓGICO

Como aves insectívoras regulan y controlan las poblaciones de invertebrados que pueden causar daños a la vegetación natural y/o a los cultivos. Como frugívoras, tienen un papel importante en la dispersión de las semillas de muchas plantas.


CURRUCA RABILARGA (Sylvia undata)


Curruca de plumaje oscuro con alas cortas y cola larga que suele explorar zonas arbustivas, moviéndose con soltura y oteando con frecuencia desde las partes altas de los mismos. Ampliamente extendida por Sierra Nevada, siendo común en los terrenos cubiertos de arbustos, desde espartales, aulagares y jarales a piornales hasta los 2.000 m, aunque puede superar algo esta altitud. Sierra Nevada es el techo altitudinal continental para la especie.

Ave nidificante local común muy fiel a sus territorios de cría. En invierno se detecta una cierta trashumancia altitudinal que la lleva a zonas bajas o áridas, regresando en primavera a su zona de nidificación.

CURRUCA TOMILLERA (Sylvia conspicillata)


Cabeza gris pizarra, alas pardo rojizas, flancos rosáceos, anillo ocular blanco y ojos rojos definen el plumaje de los machos de la especie. Especie termófila que prefiere tomillares, espartales y otros matorrales del piedemonte nevadense, pero que también asciende en altitud, llegando a piornales en torno a 2.000 m. Las currucas tomilleras que habitan bajo el Collado de las Sabinas son los máximos registros en altitud continental para la especie.


Ave reproductora poco común que se instala en el territorio de marzo a octubre, realizando una migración aparentemente de corta distancia al norte de África.

CURRUCA CARRASQUEÑA (Sylvia cantillans)



Otra de nuestras currucas más pequeñas, fácilmente identificable por su cola larga y el plumaje característico de los machos, con zonas dorsales cenicientas, separadas de la garganta, pecho y flancos rojizos por una prominente bigotera blanca. En Sierra Nevada asciende hasta los 2.050 m. Puede llegar a ser un ave común en el encinar mesomediterráneo. Es muy escasa en formaciones arbóreas de coníferas.


Ave reproductora común que puede observarse en Sierra Nevada de abril a septiembre, migrando entonces al sur del Sáhara para pasar el invierno.

CURRUCA CABECINEGRA (Sylvia melanocephala)


Es la curruca más ampliamente extendida por las zonas perimetrales cálidas del Mediterráneo y norte de África, siendo también la más fácilmente detectable en Sierra Nevada, tanto por su ubicuidad como por su reclamo áspero machacón que emite a gran velocidad cuando está alarmada. Combinación de plumaje con cabeza negra, ojos rojos, partes superiores gris oscuro e inferiores blancas. En Sierra Nevada es muy común en los pisos termo y mesomediterráneo, va rarificándose en el piso supramediterráneo hasta llegar a los 2.100 m en bordes de pinares de repoblaciones. Sólo está ausente en las zonas de cumbres donde la vegetación se hace escasa.


Ave nidificante local común que presenta un cierto movimiento de dispersión post-juvenil errático y nomadeo altitudinal dependiendo de las condiciones meteorológicas.

CURRUCA MIRLONA (Sylvia hortensis)


La curruca mirlona tiene un canto melodioso que se asemeja al del mirlo. Curruca de plumaje similar a la cabecinegra, algo más esbelta, pico robusto y con un ojo distintivo de color amarillo. Es un sílvido eminentemente forestal que selecciona formaciones arboladas con pies de buen porte o matorrales muy grandes. Aparece con más frecuencia en encinares maduros. Limitada su distribución a la orla mediterránea cálida, se localiza dispersa en Sierra Nevada, en ambas vertientes, siguiendo sus requerimientos de hábitat, especialmente por debajo de los 1.500 m, siendo más frecuente en torno a los 800-1.200 m de altitud.

Ave reproductora escasa y poco común que llega a Sierra Nevada hacia el mes de mayo, abandonando el territorio a comienzos de septiembre.

CURRUCA ZARCERA (Sylvia communis)

Su plumaje es similar al de la ‘tomillera pero de tamaño mayor, es una de las currucas más ampliamente extendidas de la región paleártica y la que asciende a mayor altitud en el macizo nevadense. Salvo en época de migración, no suele hallarse por debajo de los 1.500 m de altitud, remontando las laderas de Sierra Nevada hasta los 2.500 m donde ocupa el hábitat de los pisos supra y oromediterráneo cubiertos por matorral de sabinas y enebros rastreros con pies dispersos de agracejo y espino negro, así como bordes de bosques y vaguadas.


Ave reproductora poco común que puede observarse en Sierra Nevada desde el mes de abril a finales de agosto, con individuos que transitan por el territorio hasta bien entrado el mes de octubre.

CURRUCA MOSQUITERA (Sylvia borin)


Curruca rechoncha sin marcas distintivas y con un plumaje uniforme de tonos grises y pardos, con un fino anillo ocular blanquecino y zonas ventrales algo más claras. Especie eurosiberiana que puede encontrarse durante el paso migratorio en cualquier ambiente boscoso, huertas con frondosas o al amparo de vaguadas frescas y formaciones riparias ligadas a los cursos de agua, sin desdeñar zonas de matorral alto siempre que haya árboles de buen porte, incluidas coníferas, en las cercanías. No asciende por encima del límite del arbolado en el macizo nevadense.

Ave estrictamente migratoria en nuestro territorio, que sólo puede observarse durante los meses de abril y mayo en el período pre-nupcial y en agosto y septiembre en el paso postnupcial, cuando acude a dormir a carrizales junto a otras especies de currucas en paso.

CURRUCA CAPIROTADA (Sylvia atricapilla)


Es la curruca forestal más común y extendida en el Paleártico, que en Sierra Nevada está ligada a las formaciones arbóreas montanas de cualquier naturaleza, siempre que mantengan un cierto carácter fresco o enclaves húmedos cercanos. Así, ocupan sotos en vaguadas, bordes de arroyos, márgenes de acequias, ríos, huertas arboladas, bosques de frondosas y forestas poco densas de coníferas, junto a umbrías arboladas de cualquier género. Puede penetrar hasta los 2.200 m de altitud, lo que parece constituir su máxima altitud peninsular. Falta de las zonas áridas o sin cobertura arbórea, aunque en invierno se distribuye por parques y jardines de las poblaciones serranas.


Ave con una población nidificante local abundante que presenta un cierto nomadeo altitudinal en invierno hacia cotas más bajas. A esta población se le incorpora un importante número de aves invernantes extranevadenses que permanecen aquí desde la última semana de septiembre hasta el mes de marzo.



CURRUCAS Y CAMBIO CLIMÁTICO

Las currucas de carácter más sedentario, las más 'mediterráneas' parece que tienen un futuro más halagüeño que las especies migratorias. Por ejemplo la cabecinegra lleva unas cuantas décadas expandiéndose por España y ascendiendo en altitud en Sierra Nevada. Las predicciones del cambio climático pueden facilitarle aún más su camino hacia el norte.

Las currucas más “europeas”, sin embargo, pueden salir desfavorecidas de estas alteraciones climáticas. Algunas migrantes de largas distancias, van a sufrir desajustes con los cambios en los ecosistemas. Especies como la curruca zarcera o la mosquitera tendrán problemas si no son capaces de adaptarse a las nuevas condiciones, o de competir con otras especies, “desplazadas” por el calentamiento global. Es el caso de la curruca zarcera que está siendo sustituida por su 'prima' la tomillera, más termófila, en el matorral de alta montaña.