domingo, 31 de julio de 2016

Roqueros en las montañas

Esta semana mi colaboración en el periódico Granada Hoy ha ido dedicado a unos roqueros que cantan en las cumbres de Sierra Nevada, (aunque algunos se dejan ver por ambientes urbanos). Pronto habrá un Festival por todo lo Alto en las actividades de verano de la estación de esquí y de montaña en los que habrá rockeros que habitualmente actúan en medios urbanos desplazados a las cumbres: Un cambio de papeles.
Gracias en esta ocasión por su colaboración a Pedro J. Sánchez que me cedió la impresionante foto del roquero solitario que abre el artículo y a mi amigo Jorge Garzón Gutiérrez, un emigrado del 'cambio global' hacia latitudes más septentrionales, con quién publiqué el Libro "Las Aves de Sierra Nevada" hace 4 años.
Enlace al Libro de las Aves de Sierra Nevada: 
http://www.juntadeandalucia.es/…/menuitem.7e1cf46ddf59bb2…/…

Así quedó la doble página:



Sierra Nevada, Paraíso de Biodiversidad

‘Roqueros’ en las montañas
Tres especies de pájaros roqueros, denominados así por sus hábitats, pueden encontrarse en Sierra Nevada. Sus cantos son melodiosos y aflautados. Pertenecen a dos familias diferentes.

Roquero solitario, en su hábitat, con su inconfundible color azul
Los roqueros son unos pájaros que forman parte de la familia de los túrdidos, un grupo amplio que incluye a especies como collalbas, tarabillas, zorzales y colirrojos. Los miembros de esta numerosa familia son insectívoros, aunque en época migratoria completan su dieta con la ingesta de frutos y bayas silvestres. De tamaño variable, poseen picos finos, patas fuertes y plumajes variados según los grupos, desde el negro del mirlo y el colirrojo tizón al cromatismo del zorzal real o el roquero rojo. Todos emiten cantos con melodías elaboradas que los distinguen de otras familias.

Los roqueros son aves de aspecto similar a los estorninos, de picos finos y fuertes, que se alimentan fundamentalmente de insectos y otros invertebrados y que emiten cantos melodiosos aflautados. Su nombre popular es indicativo de su preferencia por zonas rocosas en las que se les suele encontrar erguidos, en puntos dominantes. En Sierra Nevada están presentes dos especies del mismo género: el roquero rojo (Monticola saxatilis) y el roquero solitario (M. solitarius). Ambos roqueros son aves de montaña y se distribuyen por la franja meridional del Paleártico, siendo el rojo más proclive a alcanzar mayores altitudes en las montañas perimediterráneas e incluso llega puntualmente a algunos enclaves concretos en Europa Central.

Roqueros nevadenses

Roquero rojo: Los colores del roquero rojo macho son muy llamativos, con una combinación inequívoca de color azul en cabeza y manto junto a pecho, vientre y cola rojizos; las hembras y los ejemplares jóvenes tienen tonos más pardos y discretos, salvo la cola, similar a la de los machos.  

Roquero rojo macho con su típica coloración.
En Sierra Nevada el roquero rojo es una especie bien establecida, pero esquiva y poco común, ocupando zonas cacuminales en laderas donde alterna el pastizal-piornal abierto con zonas rocosas, entre 1.500 y 2.500 m de altitud, tolerando también zonas de matorral algo más denso, por encima del ‘límite del árbol’, siempre que disponga de promontorios, canchales o pedreras que pueda utilizar para emitir sus cantos territoriales y construir su nido. Se rarifica a partir de la cota 2.500, aunque a veces explora zonas más altas donde se alimenta o enseña a sus pollos, en pleno verano, técnicas de caza de insectos e invertebrados. En época migratoria se le puede observar en otros ambientes diferentes.  

El roquero rojo es un ave reproductora que llega a Sierra Nevada sobre el mes de mayo, ascendiendo en altitud según las condiciones meteorológicas se lo permiten, abandonando el territorio a finales de agosto y primeras semanas de septiembre tras la época de cría. En migración prenupcial pueden observarse roqueros rojos tardíos hasta el mes de junio.

Roquero solitario: El macho del roquero solitario destaca principalmente por mostrar una uniformidad cromática de un azul harinoso muy evidente con buenas condiciones lumínicas; las hembras presentan un plumaje más discreto y un comportamiento más tímido.  El roquero solitario tiene una cola más larga y un pico mayor que su ‘primo’ el roquero rojo, algo desproporcionado en relación con el tamaño de su cabeza.  

El roquero solitario es un ave estrictamente rupícola que selecciona farallones calizos, paredes margosas, bad-lands y tajos de areniscas, frente a los cortados micaesquistosos del interior del macizo. A veces utiliza construcciones humanas e incluso edificios urbanos en plena ciudad (tal y como se ha comprobado en pleno centro de la ciudad de Granada o en las mismas murallas de la Alhambra), pero en Sierra Nevada siempre lo hace entre las cotas más bajas del piso termomediterráneo hasta aproximadamente los 1.500 m de altitud. A veces sobrepasa esa altitud en las zonas cacuminales bien soleadas, pero es algo infrecuente. En terrenos llanos y despejados o en ausencia de ambientes rupícolas no se ha citado.

El roquero solitario es un pájaro local nidificante, más ampliamente distribuido que el rojo, pero nunca abundante.

Otras ‘bandas’ de roqueros

Una banda de aviones roqueros descansando tras una ‘actuación’ insecticida.
En Sierra Nevada podemos encontrar otro ‘roquero’ distinto, el avión roquero,  que pertenece a un grupo de paseriformes diferente, el de los hirundínidos que agrupa a golondrinas y aviones. Esta familia es también amplia e incluye a pequeñas aves cosmopolitas, que forman nidos de barro o arena, incansables voladoras, con formas aerodinámicas y colores oscuros, grandes devoradoras, en vuelo,  de insectos y (casi todas) migradoras transaharianas.

El avión roquero (Ptyonoprogne rupestris) es el de mayor tamaño de todos los ‘aviones’. De colores pardos y crema, tiene la cola levemente escotada con ventanas blancas, lo que lo diferencia del avión zapador (también presente en Sierra Nevada), así como en la ausencia de franja pectoral, bien marcada y visible en el zapador.

El avión zapador es típico de zonas húmedas, marismas, lagos y áreas encharcadas del Paleártico, por lo que su presencia, ocasional en Sierra Nevada, se restringe al Humedal de Padul.  El avión roquero sin embargo está bien repartido por Sierra Nevada, junto a roquedos, o también construcciones, donde nidifican. Distribuido por zonas de montaña, acantilados y terreno abrupto, falta en el piedemonte agrícola y en áreas llanas deforestadas. Aún así, ocupa desde las cotas bajas del termomediterráneo hasta los 3.000 m de altitud. Corresponden las citas de reproducción nevadenses a la máxima altitud de toda Europa occidental.

El avión roquero es un ave local reproductora con movimientos altitudinales desde la alta y media montaña a cotas bajas y menos frías, donde parecen confluir con congéneres de procedencia desconocida. Por su parte, el avión zapador es un migrador ocasional, poco visible en primavera, más evidente entre agosto y octubre, durante el paso migratorio otoñal.

¿SABÍAS QUÉ…?

Todos los pájaros son aves pero no todas las aves son pájaros. Los roqueros de la familia de los túrdidos y los aviones de la familia de los hirundínidos son del gran Orden de aves paseriformes que incluye a todos los pájaros en sentido amplio.

A pesar de la creencia extendida que lo que distingue a los pájaros de otras aves es el menor tamaño de los primeros hay excepciones en ambos sentidos, pájaros muy grandes, como nuestros cuervos, y aves muy pequeñas, como los colibríes.

Una de las características verdaderamente diferenciadoras de los pájaros es que tienen cuatro dedos en las extremidades posteriores, tres de ellos dirigidos hacia adelante y uno hacia atrás.

(Más información en:  GARZÓN GUTIÉRREZ, J., HENARES CIVANTOS, I. “Las Aves de Sierra Nevada”. Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Granada, 2012).

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