sábado, 30 de enero de 2016

Pórtugos: Puerta y Puente


Esta semana tocaba "Montaña de Oportunidades" y he querido dedicarla a otro pueblo de la Alpujarra granadina, Pórtugos. Una visita a esta pequeña y bella localidad, recorrido por el sendero del Río Bermejo y visita a Fuente Agria. Una jornada estupenda que puede ser rematada por la compra de un jamón que nos llevamos a casa. El reportaje ha merecido una doble página en el periódico y un par de entradas en la edición digital. 

Puerta y puente: http://www.granadahoy.com/article/granada/2206762/puerta/y/puente.html
Un sendero rojo: http://www.granadahoy.com/article/granada/2206748/sendero/rojo.html






PUERTA Y PUENTE
Pórtugos, puerta de entrada a la alta montaña y puente entre los ríos Poqueira y Trevélez

La iglesia de Pórtugos, dedicada a Nuestra Señora de la Encarnación, domina la imagen del pueblo.

 La bella localidad alpujarreña de Pórtugos, toma su nombre del latín porta’ = puerta, entrada, paso estrecho entre dos montes. Tiene un enclave privilegiado entre los profundos barrancos del Poqueira y  del Trevélez que bajan desde el Veleta y el Mulhacén, en una loma ensanchada y plana. El pueblo de Pórtugos tiene un envidiable emplazamiento en la abrupta geografía de la Alpujarra, con sus amplios bancales orientados al sur. La riqueza de sus aguas y manantiales, los densos bosques de robles y encinas, junto a  impresionantes castaños centenarios invitan a recorrer este agraciado territorio, uno de los asentamientos más antiguos de la comarca como puede deducirse del origen de su denominación. 
Al iniciar nuestro sendero vemos los terraos y chimeneas del pueblo.
Torre de estilo mudéjar, restaurada sobre las ruinas de la primitiva (siglo XVI).
Bajo la dominación musulmana pertenecía a la Taha de Ferreira y era afamada por sus fértiles tierras de regadío y frutales así como por la producción de seda. La rebelión y posterior expulsión de los moriscos provocó su declive que tardó en recuperar con la lenta llegada y adaptación de los repobladores y la puesta en funcionamiento de nuevo de acequias, molinos y huertas.  La localidad mantiene la típica arquitectura alpujarreña con sus intrincadas calles, sus casas de piedra de la zona y los típicos tinaos, terraos y chimeneas alpujarreñas. 





























El escudo del municipio  es un resumen de la historia de esta localidad. Su huso recuerda a la potente industria sedera  de la época musulmana. El encajado, hace referencia al topónimo ("portus", puerto o paso entre montañas). La fuente de cinco caños de plata hace referencia a Fuente Agria.
   
FUENTE AGRIA
Caños de Fuente Agria.
El Chorrerón, pintoresca cascada de color rojo
El paraje natural de Fuente Agria es quizás el elemento natural más significativo de Pórtugos y de buena parte de la Alpujarra. Este popular manantial de aguas ferruginosas está situado apenas a un par de kilómetros del pueblo, en dirección a Trevélez, en un atractivo paraje rodeado de castaños centenarios junto a la Ermita de la Virgen de las Angustias. Está formada por 7 caños de agua.  Muy conocida desde la época de los árabes, sus aguas son de mineralización débil y temperatura media, compuestas principalmente por hierro y gas carbónico, lo que le da su peculiar sabor picante y a herrumbre. Se le atribuyen grandes beneficios medicinales para tratar la anemia y otras enfermedades del riñón e hígado. La forma en que se presenta el hierro es fácil de asimilar por el organismo y no produce apenas efectos secundarios. Para ello, es necesario tomarla directamente de la fuente, porque si se envasa, pierde parte de sus propiedades.

Ermita de la Virgen de las Angustias.
Otras “fuentes agrias” en la Alpujarra las encontramos en Ferreirola (conocida como La Gaseosa), en la cortijada de las Viñas (Válor), el Baño del Piojo (Cástaras) y los famosos cinco manantiales de aguas minero-medicinales de Lanjarón:  Capuchina, San Vicente, Capilla, El Salado y Salud. 

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UN SENDERO ‘ROJO’

El sendero por el Río Bermejo es un recorrido por el paisaje alpujarreño que nos lleva desde la localidad de Pórtugos hasta la cascada del Río Bermejo en el Tajo de Cortés, atravesando bancales y acequias, cortijos y hazas, castaños y robles. 

La señalización y las balizas con las 2 rayas amarilla y blanca nos orientan en nuestro sendero del Río Bermejo.
  
Descripción del itinerario:

Comienza nuestro itinerario en el pueblo por el que salimos por el camino de la Sierra a través del Barranco de los Castaños. A continuación caminamos en paralelo a la acequia de Pórtugos por un trayecto con un paisaje de bancales, paratas y acequias, típico de la agricultura de montaña alpujarrense. Posteriormente vamos remontando y pasamos a la estampa forestal con encinas y robles de manera alternativa hasta alcanzar una coqueta Área Recreativa situada a 1.700 metros de altitud. 

Desde aquí podemos aproximarnos a contemplar una extraordinaria cascada en el Río Bermejo que se precipita por un espectacular canuto rocoso.

Desde el área recreativa ascenderemos por un carril hasta acceder a la pista principal que conecta Capileira con Trevélez, las dos localidades más altas de Sierra Nevada, que tomaremos en sentido este y pasaremos por un puente sobre la Junta de los Ríos Jabalí y Las Chorreras que dan lugar al Río Bermejo. En el Tajo de Cortés disfrutamos de una amplia y atractiva panorámica que abarca en primera instancia todo el camino recorrido con el robledal y los cultivos y en segundo plano la Sierra de Mecina, con las minas de hierro del Conjuro a la izquierda. Más lejos podemos divisar las sierras de la Contraviesa y Lújar y en último plano el Mar Mediterráneo. En días claros incluso podemos divisar las montañas del Norte de África desde una altura superior.

Cascada en el Río Bermejo.
Retomamos nuestro sendero por la pista hacia Capileira que abandonaremos para tomar la vereda de Pitres. Descendemos por el encinar junto al Río Bermejo, en esta ocasión por la margen derecha, hasta la Acequia de las Ventajas, que lleva el agua hasta los cultivos de Pitres y aportando un suplemento hídrico a los árboles que encuentra en su recorrido. De nuevo nos encontramos la compañía de los castaños conforme nos aproximamos a zonas con cortijos y cultivos en el paraje conocido como las Lomillas y la zona de los Alaycares, una antigua población que hace siglos tuvo incluso su parroquia. Muchas de las construcciones actuales tienen ahora una función de segunda residencia o relacionadas con el turismo rural.

Puente sobre la Junta de los Ríos Jabalí y Las Chorreras que dan lugar al Río Bermejo.

Al pasar por un cortijo ganadero abandonaremos la pista y tomaremos una vereda  que cruza varios bancales que nos llevará al puente del Río Bermejo en la carretera que recorre la Alpujarra. Unos metros más adelante nos desviamos por un sendero junto a unas moreras que nos conducirá directamente en pocos minutos hasta nuestro punto de inicio en el pueblo de Pórtugos. 
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FICHA TÉCNICA


TRAYECTO: Circular.

LONGITUD. 7,1 km

TIEMPO ESTIMADO:  De 3 a 4 horas.

DESNIVEL: 470 metros de subida y de bajada.

COTA MÁXIMA: 1.770 m

COTA MÍNIMA: 1.330 m

TIPO DE CAMINO: senda, pista forestal y carretera

GRADO DE DIFICULTAD:  Medio

PAISAJE: zonas agrícolas tradicionales, robledal, encinar, castañar y pinar de repoblación.

ÉPOCA RECOMENDADA: Todo el año.

viernes, 22 de enero de 2016

Valerianas de altura

Esta semana iba a sacar un artículo en el periódico sobre una de nuestras joyas botánicas, la valeriana de Sierra Nevada, pero me he liado, me he liado... y al final he sacado un reportaje a doble página con todas las especies de la familia de las Valerianáceas presentes en el parque nacional y natural y algunas notas adicionales sobre las propiedades médicas y la etimología. En esta ocasión he contado con la colaboración e imágenes de Juan Lorite, profesor de la UGR y autor de la revisión de esta familia para la Flora Vascular de Andalucía Oriental, de José Miguel Muñoz, mi amigo, compañero y botánico de cabecera y de Mario Ruiz, sabio y maestro, responsable del Jardín Botánico de Hoya de Pedraza. (Así cualquiera diréis y tenéis razón).

Enlace a la edición digital en Granada Hoy:

 http://www.granadahoy.com/article/granada/2201462/valerianas/altura.html

Detalle de las flores de  la valeriana de Sierra Nevada


Valerianas ‘de altura’
La valeriana de Sierra Nevada es un endemismo bético presente también en las Sierras de Lújar, Tejeda y Grazalema. Vive en grietas de rocas al abrigo de los hervíboros.  
La valeriana de Sierra Nevada, (Centranthus nevadensis), forma parte de las Valerianáceas, una familia que contiene alrededor de 400 especies divididas en 12 géneros. Son plantas generalmente herbáceas con un olor desagradable característico que llega a perdurar en las muestras de herbario hasta más de un siglo. Algunas especies de esta familia se cultivan como planta ornamental y otras tienen una amplia tradición de utilización en Medicina.
La valeriana de Sierra Nevada vive en fisuras de las rocas, en lugares bastante inaccesibles,  al refugio del ramoneo de los hervíboros.
El género Centranthus es de los más modestos entre las valerianáceas. Se recogen cinco especies en la Flora Vascular de Andalucía oriental, dos de ellas, nuestra valeriana de Sierra Nevada (C. nevadensis ) y la  valeriana milamores (Centranthus calcitrapae), están presentes en el macizo nevadense. 
Valeriana menor (V. tuberosa), otra especie de la familia presente en Sierra Nevada.
La valeriana milamores (Centranthus calcitrapae) es una planta anual que se encuentra en pastizales húmedos en bosques de robles en la media montaña.

Representantes de esta familia podemos encontrarlos en casi todas las regiones del mundo, a excepción del continente australiano. En la cordillera de los Andes, por ejemplo,  existen multitud de especies, creciendo una de ellas (Valeriana nivalis) a 5.000 metros de altitud; en nuestro continente abunda la valeriana común (V. officinalis), empleada desde muy antiguo como sedante -todas las especies que se apellidan ‘officinalis’ hacen alusión a su uso farmacológico-.  

 FICHA TÉCNICA:

Nombre común: Valeriana de Sierra Nevada
Nombre científico: Centranthus nevadensis
Distribución: Sierra Nevada principalmente y de manera testimonial en las sierras de Tejeda y Grazalema. Las poblaciones nevadenses se encuentran distribuidas por todo el territorio, tanto en la provincia de Granada como de Almería,  son dispersas y con un número de individuos relativamente bajo. Los ejemplares citados en Marruecos pertenecen con probabilidad a una subespecie diferente.
Hábitat: Roquedos silíceos y calizos entre los 1500 y 2800 metros de altitud.  Suele encontrarse en las fisuras de las rocas y en lugares bastante inaccesibles, considerándose esta situación como un lugar de refugio de la especie ya que los ejemplares al alcance del ganado doméstico o de la fauna silvestre están fuertemente ramoneados y difícilmente llegan a desarrollar ni flores ni frutos.
Grado de amenaza: Vulnerable.
Floración: De julio a agosto.
Propiedades: Tiene propiedades medicinales como antiespasmódica y se usa como calmante nervioso.  Cuando se deseca desprende un característico olor a pies producido por el ácido valeriánico.

La valeriana de Sierra Nevada se encuentra asociada a una comunidad vegetal en la que se encuentran otras “joyas botánicas” de Sierra Nevada como el clavel silvestre, la siempreviva de Sierra Nevada, los dragoncillos, el abarcapiedras, los zapaticos de la Virgen, la romperrocas,  las espuelillas o el helecho Polystichum lonchitis.
DESCRIPCIÓN:

Hierba vivaz, algo leñosa en la base, multicaule (con varios tallos principales), cespitosa, glabra, (sin pelos) y  glauca (verde claro).  Los tallos que pueden llegar a 50 cm, simples o ramificados en la base, erectos o ascendentes. Las hojas son pequeñas,  de unos 50-60  x  5-7 mm;  las basales son muy numerosas, las caulinares o del tallo, son opuestas, linear-lanceoladas a espatuladas, obtusas, enteras.
Las flores son zigomorfas, (simetría bilateral),  hermafroditas y agrupadas en inflorescencias cimosas en el extremo de los tallos. El cáliz es muy reducido, a modo de reborde apical del ovario que es ínfero. La corola es gamopétala, (pétalos soldados entre sí), de color rosa fuerte o rojiza, con tubo de 10-15 mm, largo y estrecho, que lleva un espolón de 4-6 mm en la base y cinco lóbulos desiguales en el ápice. El androceo tiene un único estambre blanco amarillento o rosado. Fruto en aquenio, de unos 3,5 a 5 mm, estrechamente ovoideo, coronado por el cáliz persistente. Vilano con 16 a 20 setas plumosas.

La más alta de las valerianas.

Valeriana apula es la especie de la familia que vive a mayor altitud.
En Sierra Nevada podemos encontrar otra especie muy interesante de la familia, la Valeriana apula, que vive en  grietas o fisuras de los roquedos silíceos (micaesquistos), por encima de los 2.700 metros  de altitud en el piso crioromediterráneo. Forma parte de comunidades vegetales de las cumbres, más o menos sombrías, de baja cobertura pero de un gran interés botánico por su abundancia de especies endémicas como la manzanilla real, la zamárraga, la violeta de Sierra Nevada o las espuelillas. Esta especie es de distribución ibero-magrebí y podemos encontrarla en Picos de Europa, Pirineos o en el Rif (Marruecos). Las localidades en Sierra Nevada son escasas y el número de individuos es muy reducido lo que se debe a su carácter relíctico y su gran especificidad ecológica además de a la presión hervíbora por parte de los ungulados. 

Detalle de la flor de Valeriana apula

 USO MÉDICO DE LA VALERIANA:

La valeriana que se usa medicinalmente es la especie Valeriana officinalis,  valeriana común o valeriana de las boticas, muy rara de encontrar en Sierra Nevada, ejemplares silvestres pero que se ha cultivado en diferentes localidades. De ella se extrae uno de los grandes fármacos para equilibrar el sistema nervioso. Se usa mucho como sedante, ansiolítico y calmante en el histerismo, manifestaciones neurasténicas (insomnio, neurosis, calambres abdominales , hiperexcitabilidad, etc.), en las alteraciones menopáusicas y como antiespasmódico en sentido lato. En algunas personas su uso como sedante suave puede tener el efecto opuesto, provocando excitación.

Tiene efectos psicoactivos sobre el comportamiento de los gatos, que parecen ser placenteros puesto que su olor les atrae para consumirla de ahí que se conozca también como “hierba de los gatos”.

Su uso como hierba medicinal se remonta a la antigua Grecia y el Imperio romano. Hipócrates describió sus propiedades, y Galeno, posteriormente, la prescribió como remedio para el insomnio.

¿De dónde viene el nombre de ‘valeriana’?

Hay una controversia sobre la etimología de esta familia de plantas. Unas teorías apuntan a que el nombre del género y de esta familia botánica deriva del latín medieval,  ya sea en referencia al nombre de Valerio, (que era un nombre bastante común en Roma), o al de la provincia de Valeria, fundada por el emperador Diocleciano en el año 298 y situada en la actual Hungría. Otras corrientes la relacionan con la palabra valere, que significa ‘para estar sano y fuerte’ y que guardaría relación con su utilización en la medicina popular para el tratamiento del nerviosismo y la histeria.
La valeriana de Sierra Nevada es un endemismo bético.





martes, 19 de enero de 2016

Observatorio de la Movilidad: sobra ingeniería, falta educación



Desde la ciudad podemos “observar” lo que queramos, pero si no nos salimos y analizamos la movilidad desde la realidad metropolitana, poco podremos hacer por transformarla por mucho que cambiemos los tiempos de los semáforos, le demos la vuelta al sentido de las calles, las líneas de autobuses, zonas azules-verdes, aparcamientos u otras medidas de ingeniería, más o menos ingeniosas, del tráfico.

El Observatorio de la Movilidad, se ha convertido en  “la gran apuesta” de los Ciudadanos yenka, en su acuerdo de gobierno con el Partido Popular. La otra, la de que no fuera arcarde Torres Hurtado, quedó aparcada. Mi primera impresión, desde fuera,  sobre este asunto es, (parafraseando a Carlos Marx),  que “sobran filósofos (ingenieros) que analicen y describan la puta realidad de la movilidad en la ciudad y hacen falta políticos capaces de transformarla”.

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Observatorio de la Movilidad: sobra ingeniería, falta educación

¿Qué les ocurre a los pájaros?



El acentor alpino es la única especie propiamente de carácter alpino que queda en Sierra Nevada. En el siglo XX desaparecieron especies como el treparriscos, el gorrión alpino o la chova piquigualda. (foto: J. Miguel Barea)
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Y así quedó la doble página en la edición impresa.



 
LA HUELLA DEL CAMBIO GLOBAL EN SIERRA NEVADA

¿Qué le está ocurriendo a los pájaros?
En las últimas décadas se están observando importantes cambios en las comunidades de aves nevadenses. El clima y los cambios de usos del suelo son los responsables.

CAMBIO GLOBAL Y BIODIVERSIDAD

El cambio global constituye un problema emergente que amenaza el futuro de los ecosistemas y su capacidad de proporcionar bienes y servicios a nuestra sociedad. Uno de los aspectos en los que se ha demostrado que los impactos de este fenómeno son de mayor envergadura es sobre la biodiversidad. En Sierra Nevada los efectos son similares a los que se están produciendo en  otras regiones montañosas de nuestro continente con la particularidad de tratarse de un macizo montañoso aislado, con un amplio gradiente altitudinal y un mosaico variado de ecosistemas, y por su latitud meridional, en el cruce entre diferentes regiones biogeográficas.

Los cambios en la distribución y abundancia de las especies  constituyen quizás la respuesta más evidente a las alteraciones ambientales. El seguimiento de las tendencias poblacionales es una herramienta esencial para evaluar la capacidad de adaptación de las especies en un contexto de cambio global como el que estamos viviendo.

Uno de los patrones más comunes, (en Sierra Nevada y en otros sistemas montañosos), entre diferentes grupos taxonómicos consiste en un desplazamiento altitudinal hacia cotas superiores buscando entornos climáticos más frescos en los que resguardarse de unas temperaturas que están experimentando un incremento significativo. 

CAMBIOS EN LAS COMUNIDADES DE PÁJAROS

En el Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada se han estudiado con detalle los cambios en la composición y abundancia de las comunidades de paseriformes en un gradiente altitudinal, comparando los datos obtenidos por el profesor de la Universidad de Granada, Regino Zamora, mediante censos realizados en un gradiente atitudinal (1.450 a 3.000 m) y en hábitats diferentes (robledal, matorral espinoso, enebral-sabinar y ambientes de altas cumbres) a principios de los años 80, con los transectos de seguimiento que se realizan, anualmente, desde el 2008 hasta la actualidad, por el parque nacional y natural de Sierra Nevada, bajo la coordinación de José Miguel Barea.

Los resultados indican que Sierra Nevada se comporta como una isla biogeográfica sujeta a fluctuaciones espacio-temporales que está muy influenciada por el territorio circundante. Los principales motores de cambio global en nuestro entorno, cambios en los usos del suelo y cambio climático, tienen efectos diferentes en función de los distintos ecosistemas y del rango temporal analizado y, por sí solos, no parecen explicar las sustanciales modificaciones en las comunidades de aves acaecidas a lo largo de los últimos 30-35 años. El desacople observado entre cambios ambientales y cambios en las comunidades se relaciona con el carácter  insaturado de las comunidades de montaña, expuestas a constantes entradas y salidas de especies.

En los últimos años se ha detectado un incremento moderado de las poblaciones de aves paseriformes reproductoras de Sierra Nevada que ha corregido la disminución poblacional significativa de muchas especies en la última parte del siglo pasado. (Entre el año 1980 y el 2. 000 se había reducido a casi un tercio la densidad de aves en algunos ecosistemas como el robledal o el matorral de alta montaña). 

Este aumento actual es muy patente en determinados ecosistemas como los robledales y algo menos acentuado en la orla de matorral espinoso. En los ecosistemas de alta montaña esta tendencia es menos clara, con patrones estables en los enebrales-sabinares y un predominio de tendencias ligeramente negativas en las localidades situadas en las altas cumbres.

Lo que sí parece confirmarse es la tendencia a que la comunidad de aves nevadenses, en los pisos bioclimáticos oro- y crioromediterráneo,  va perdiendo su carácter alpino, homogeneizándose con las condiciones mediterráneas de su entorno, debido a la matorralización de la alta montaña y al efecto del cambio climático. En 1982 se localizaron sólo 3 especies reproductoras,  mientras que actualmente la cifra total asciende a 5.

Por el contrario, la evolución hacia etapas más maduras de los ecosistemas situados a baja y media altitud, tanto por el abandono de los cultivos como por el efecto de las políticas activas de conservación y de gestión adaptativa, están teniendo un balance positivo sobre buena parte de estas aves paseriformes.   

Unos ganan y otros pierden

Las aves son consideradas unas mensajeras y centinelas de los efectos del cambio global. Diversos estudios sobre el impacto del cambio climático en las aves europeas advierten de la reducción del área de distribución de la mayoría de las especies de aves, aumentando el riesgo de extinción de muchas de ellas. Además, muchas aves no podrán modificar su distribución a la velocidad con la que avanza el cambio climático, teniendo como resultado declives poblacionales. El primer indicador a escala mundial de los impactos del cambio climático sobre la fauna salvaje se ha encontrado en la variación de las poblaciones de aves europeas a causa del calentamiento global. Aquellas especies mejor adaptadas al cambio climático han registrado un incremento en sus poblaciones mientras que aquellas especies menos adaptadas al cambio climático han visto cómo sus poblaciones se veían reducidas. En todo caso se constata que el cambio climático generará más ‘perdedores’ que ‘ganadores’, ya que, según los informes de SEO-Birdlife, se calcula que hasta tres veces más de aves son afectadas negativamente por el cambio climático que las que se ven afectadas positivamente. 

Sierra Nevada tiene un comportamiento diferente debido a sus peculiaridades biogeográficas y a la combinación de los efectos del cambio climático y los cambios de uso del suelo. Estos últimos, en la media montaña, están favoreciendo ambientes forestales cada vez más maduros y densos, lo que permite la recuperación de especies como muchos páridos (carboneros común y garrapinos y herrerillos común y capuchino), el chochín o la reciente colonización y expansión del trepador azul. Por el contrario, otras especies como el mirlo común o el zorzal charlo presentan una tendencia negativa. Esto es debido a la reducción de claros en el bosque por el abandono agrícola y ganadero.

Conforme ascendemos en altitud, los efectos del cambio climático se hacen más patentes y dominantes. El calentamiento está generando ambientes cada vez más propicios para especies generalistas de montaña como el colirrojo tizón o el pardillo.  Por el contrario, especies tradicionalmente dominantes en estos ecosistemas y en los enebrales y sabinares de alta montaña van desapareciendo progresivamente como es el caso de la collalba gris. Este migrador de larga distancia se está rarificando, no sólo en Sierra Nevada sino también en el resto de Europa. Los migradores transaharianos están en franca regresión como consecuencia de una combinación de factores de lo que ocurre en sus territorios de reproducción, en sus zonas de invernada (a miles de kilómetros) y en los largos y extenuantes viajes a los que se enfrentan dos veces al año.

En descenso (pierden). La collalba gris y el roquero rojo son dos ejemplos de especies en regresión en el macizo nevadense.





En aumento (ganan). El chochín y el carbonero son especies que han tenido un incremento fuerte en sus poblaciones en la última década. 

Pie de foto: Ascienden de cota. El colirrojo tizón y el pardillo cuentan con un mayor número de territorios reproductores en las zonas altas y cada vez crían a mayor altitud.



Pie de foto: En el matorral de alta montaña se está produciendo la sustitución de la curruca zarcera por su ‘prima’ la curruca tomillera, especie más termófila.
Pie de foto. El trepador azul apareció en Sierra Nevada hace aproximadamente una década y sus poblaciones crecen a una tasa anual del 20%.