domingo, 15 de noviembre de 2015

Todos Somos París… por doble motivo

 Estaba preparando una crónica verde y unos cuantos hombres bien
armados pero completamente desalmados me la han truncado y la han
convertido en una crónica roja y negra.


Y escribí, casi vomité, esta columna que nunca hubiera querido haber escrito.





Todos Somos París… por doble motivo

Estaba preparando una crónica verde y
unos cuantos hombres bien armados pero completamente desalmados me la han
truncado y la han convertido en una crónica roja y negra.

Estaba preparando ‘una previa’ para la decisiva cumbre del clima que se celebra en París desde el 30 de noviembre al 15 de diciembre próximos. Era un artículo optimista,  ilusionado, pretendidamente agitador de conciencias. Mi intención era hacer una llamada general a participar en las movilizaciones sociales en torno a la conocida como COP21, un ruego a participar en todas las iniciativas que se están desarrollando por todos los rincones del mundo reclamando a los líderes políticos que lleguen a un acuerdo ambicioso y vinculante que haga cambiar el rumbo del planeta y haga frente al desafío que plantea el cambio climático. 

La semana pasada había arrancado mi particular y modestísima campaña en las redes sociales con el hasthag  (etiqueta para los amigos), #TodosSomosParís, que se convertía en #SommesTousParis en el francés del país anfitrión de la Cumbre o en el más universal inglés  con la variante #WeAllParis (e incluso me había atrevido a preparar una versión en chino, #Wǒmendōuzàibālí), para hacer llegar metafóricamente el mensaje por todos los rincones. 

Estaba pensando utilizar los símbolos parisinos, que son símbolos de toda Francia y mundiales en cierta medida, como la Torre Eiffel,  el Arco del Triunfo, el Louvre…  símbolos simultáneamente del amor, culturales, de la libertad. 

Estaba barajando como utilizar también  la imagen de Disneylandia y soñaba que una imagen mía que significaba una metáfora sobre la felicidad y el bienestar de los niños en el parque temático con un mensaje hacia los gobernantes,  se hacía viral y se hacía trending
topic Mundial.

Pero la barbarie terrorista se me ha adelantado en el camino a París y ha hecho que el “Todos Somos París” sea tremending topic y tenga un significado diferente al que yo preveía, al que yo soñaba, y que ahora mismo “la Ciudad de la Luz” haya quedado apagada, teñida de sangre y luto y desgraciadamente todos los ojos que yo imaginaba que mirarían a la capital francesa con esperanza, lo hacen sí hacia esta ciudad pero llenos de lágrimas, henchidos de dolor, obnubilados por las imágenes que nos han llegado de la cadena de atentados de la noche del Viernes 13, esta vez sí el mal fario se alió con la maldita fecha.

Ahora mientras se suceden y se multiplican los necesarios mensajes de solidaridad, de condolencia con el pueblo francés, debemos conjurarnos para ganarles la batalla pero debemos vencerles desde la ley y desde los valores por los que luchamos (simbolizados por liberté, egalité et fraternité) y no querer lograr la victoria de manera fácil y rápida a través de peligrosos atajos u oscuros subterráneos  porque entonces habremos perdido.

Y no debemos caer en criminalizar a todos los que huyen y condenarlos a un doble exilio, el de su huida y el de la sospecha; y no debemos caer en la tentación de juzgar a todo el Islam por lo que han hecho unos cuantos fanáticos, porque entonces habrán logrado su objetivo, nos habrán ganado…

Y ahora más que nunca pienso que la Cumbre del Clima de París debe ser un éxito. Se lo debemos al Planeta, al futuro de la Humanidad, a las generaciones venideras y también se lo debemos a París que en unas semanas tiene la oportunidad de sacudirse la penumbra que la cubre y volver a ser símbolo mundial de la luz, del progreso, del amor a la vida. 

Espero, deseo, sueño que en apenas un mes todos volvamos a gritar #TodosSomosParís pero entonces será por un motivo diferente, alegre y esperanzador. 

Publicado en:

Todos Somos París… por doble motivo | El Independiente de Granada

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