domingo, 2 de agosto de 2015

Soportújar, Tierra de Brujas

Los colores de la bandera de Soportújar son: granate (Granada), blanco (Sierra Nevada) y negro (Embrujo). En el escudo se incluyen elementos de la casa de Gonzalo Fernández de Córdoba (el Gran Capitán), y de sus descendientes, junto al símbolo de la bruja, principal seña de identidad pasada y futura del pueblo.  
Esta semana he dedicado mi colaboración en Granada Hoy a la pequeña localidad alpujarreña de Soportújar. Había pensado titular el reportaje "Un futuro embrujado" pero al final nos hemos quedado con el de Soportújar, Tierra de Brujas. 



































Como no he encontrado la versión digital en el periódico os transcribo el texto completo y acompaño con imnágenes originales del artículo en color y alguna extra para completar la entrada.



Sierra Nevada, Montaña de Oportunidades
Soportújar, Tierra de Brujas
La pequeña localidad alpujarreña de Soportújar, siguiendo los pasos de lugares como Zugarramurdi o Salem, ha creado un proyecto turístico y cultural ligado al mundo de la brujería.

Desde hace una década el municipio de Soportújar está llevando adelante un proyecto turístico-cultural basado en su legado antropológico que tiene a la brujería como elemento central siguiendo la estela de otros lugares como Zugarramundi en Navarra, famoso a través de las pantallas de cine por la película dirigida por Álex de la Iglesia o la localidad americana de Salem que ha hecho de los luctuosos acontecimientos de finales del siglo XVII un reclamo turístico que incluso se autodenomina “La Ciudad de las Brujas”.

El pueblo de Soportújar se está consolidando como destino turístico vinculado con la brujería con la rehabilitación de diferentes espacios relacionados con esta temática de raíces históricas, como son la Cueva del Ojo de la Bruja, el Puente Encantado, la Fuente de las Brujas, las Eras de los Aquelarres y de las Cruces  o la creación del Centro de Interpretación de la Brujería, incluidos en el proyecto 'Embrujo', en el que participa la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento y la Diputación. Y además tiene en cartera, la rehabilitación de nuevos espacios, la construcción de un Teatro del Embrujo y otras iniciativas culturales y urbanísticas para hacer de este pueblo un referente en este tema que quedaría

El proyecto 'Embrujo' puede contribuir de una forma decisiva a fijar la población al territorio ya que está concebido para la recuperación, protección y conservación del patrimonio natural y cultural, y orientado hacia un turismo diferenciado, de acogida y excelencia, un turismo cultural de calidad, que además de los valores por los que la comarca alpujarreña aspira a ser Patrimonio Mundial, atraiga por algo diferente y singular, que ayude a desestacionalizar la afluencia del turismo y a dinamizar la actividad económica durante todo el año.

Feria del Embrujo.

En el mes de agosto, entre los días 10 al 16,  se celebra la Feria del Embrujo una de las citas obligadas en los últimos años para todos los soportujeros, incluidos los de la ‘diáspora’, y uno de los atractivos veraniegos de los visitantes de esta zona de la Alpujarra, que pueden encontrarse con un mercado medieval, un gran caldero donde poder hacer conjuros y en definitiva pasear por una serie de lugares (Cueva del Ojo de la Bruja, Puente Encantado, Era de los Aquelarres…) que nos transportan a un mundo literalmente mágico.

Soportújar rima con brujas

Aunque el nombre de esta localidad rima con brujas en realidad el origen etimológico significa tierra de soportales, en alusión a esta típica construcción alpujarreña de la que aún quedan ejemplos en el pueblo. La denominación a los naturales de Soportújar como brujos y brujas, es muy antigua, desde hace siglos e incluso se ha superpuesto al gentilicio de sopotujeros. Ese apodo ha sido asumido por los lugareños de manera resignada e incluso, con cariño. “Si nos llaman brujos, los de los otros pueblos, por algo será”,  reza un cartel que resume esta filosofía. Quizás esta rima haya hecho que las brujas de Soportújar, y sus leyendas, se hicieran más famosas que las de otros pueblos alpujarreños porque no es el único lugar en el que se narran historias de otras brujas destacando las que relató el hispanista Gerald Brenan de la última bruja de Yegen, hace menos de un siglo.
Se cree que el apelativo  procede de historias antiguas, que sólo se han conservado de manera oral entre las gentes de más avanzada edad, que las oyeron de sus familiares y vecinos, que se correrían por los otros pueblos, y prácticamente, por toda La Alpujarra y comarcas vecinas de Granada. Y Soportújar sonaría, como el pueblo, ese aislado lugar, en donde había brujas, razón necesaria para que se difundiese con ese apelativo, entre misterioso antes y simpático ahora.
El Ayuntamiento de Soportújar ha emprendido la tarea de recopilar, y dejar por escrito, lo que aún se conserva de esa tradición oral histórica que se encontraba en trance de extinción. 

HISTORIA DE SOPORTÚJAR

Al menos hasta el siglo XVI esta población se conoce por el nombre de ‘Xabotaya’ topónimo de origen desconocido. Además contaba con un segundo barrio enclavado en la zona del colegio actual que se llamaba ‘Aratagram’. La etimología popularmente aceptada del nombre es lugar de soportales, del término latino soportal, por lo que podemos pensar que el municipio ya estaba poblado en tiempos de los romanos.
Soportújar nace como núcleo urbano a partir de una alquería en el siglo XIII que dependía de la tahá de Órgiva. Hasta finales del  siglo XVI, estuvo habitado por musulmanes que introdujeron el sistema de regadío. Como parte del Señorío de Órgiva fue concedida a los hijos cristianos de Muley Hacen y posteriormente, en septiembre de 1499, como recompensa por el aplastamiento de la primera revuelta morisca, al Gran Capitán. Por entonces era una población habitada por unas 70 familias moriscas. Como toda la comarca, tuvo especial protagonismo en la sublevación de Aben Humeya en el siglo XVI (1568-1571) y pagó las consecuencias con su despoblamiento tras la expulsión de los moriscos. Tras la ‘Guerra de las Alpujarras’ el Rey Felipe II entregó el lugar a 27 familias cristianas traídas de otras regiones españolas a las que se les otorga la titularidad pública de casi todo el término municipal, que pasa a pertenecer al común de los vecinos. Según el Catastro del Marqués de la Ensenada, a mediados del XVIII, el municipio contaba con una población alrededor de los 700 habitantes. Con la Desamortización Civil de Madoz, (1855), se sacan a subasta las tierras comunales y casi todo el municipio se vendió en lotes.
En la posguerra, en la segunda mitad del siglo XX  muchos soportujeros comienzan a emigrar a numerosos destinos dentro y fuera de nuestras fronteras quedando la población reducida a un par de centenares. 


FICHA DE SOPORTÚJAR:

Limita con los municipios de Carataunas, Cáñar, Lanjarón, Bubión y Pampaneira.
Población: 320 habitantes.
Altitud: 950 metros. (El municipio tiene su punto más elevado a 3.088 metros). 
Distancia de la capital: 68 km.
Superficie en espacio natural protegido: 70%. (264 has en parque natural y 713 en parque nacional).
Patrimonio histórico-artístico: Iglesia parroquial de Santa María la Mayor, de estilo mudéjar, construida en el siglo XVI sobre una antigua mezquita. Conserva un precioso retablo del siglo XVIII en madera ‘dorada’.
Desde el año pasado Soportújar cuenta con bandera y escudo oficial.
 
Puerta de entrada a La Cueva del Ojo de la Bruja, muy cercana al cementerio. En su interior alberga la representación del ‘escenario de trabajo’ de una bruja.

En la plaza principal del pueblo está el Mirador del Embrujo en el que destaca la Fuente de las Brujas, que recrea dos mujeres haciendo pócimas en su caldero.

Panorámica de la bella localidad alpujarreña de Soportújar.

Señalización de la Ruta de las Brujas en el Barranco de la Cueva.


Soportal típico del que deriva el nombre del pueblo.

Imagen del conjuro popular en la Feria del Embrujo del año pasado.


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