domingo, 29 de marzo de 2015

Cortar árboles contra el cambio climático


Esta semana me he atrevido en mi página semanal del periódico Granada Hoy con un tema difícil de explicar en pocas palabras y que es objeto de polémicas y malentendidos. Tenemos asociada la idea de que para luchar contra el cambio climático hay que plantar árboles que aumentan la capacidad de "atrapar" CO2. Esta regla general hay que matizarla en los casos en los que el punto de partida de una masa forestal de repoblación es excesivamente denso.

Las actuaciones forestales en nuestro entorno mediterráneo, en este siglo XXI, deben ser enfocadas hacia un bosque “climáticamente inteligente” con capacidad de adaptación a los nuevos escenarios. Espero haberme explicado bien.Os dejo el enlace digital al artículo que hemos titulado "Bosques inteligentes". http://www.granadahoy.com/article/granada/1993937/bosques/inteligentes.html


BOSQUES INTELIGENTES:

ANTES
El importante reto del cambio global -incluido el cambio climático- al que nos enfrentamos en el Planeta- tiene un importante grado de incertidumbre sobre lo que puede ocurrir a escala regional, por lo que es fundamental ser capaces de detectar y evaluar en tiempo real las complejas alteraciones, de las que ya existen numerosas evidencias, y comprender tanto su funcionamiento como la interacción de unos procesos con otros, sus posibles sinergias y atenuaciones.

La gestión de los espacios naturales en el siglo XXI ha de ser capar de adelantarse a estos fenómenos, facilitando la adaptación de los ecosistemas. Se trata de promover una conservación dinámica de sus funciones y procesos que les ayude a adaptarse a los cambios que están experimentando.

Además de un observatorio privilegiado de cambio global, Sierra Nevada se ha convertido en los últimos años en un laboratorio de ensayo de proyectos para la gestión adaptativa en nuestros ecosistemas forestales. Lo que destaca del Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada y lo convierte en especial en la Red de Parques Nacionales es que no se queda en la labor de medición de datos, en el monitoreo necesario para una buena gestión de conservación de espacios y especies, sino que va más allá y se ha convertido en un gigantesco laboratorio de ensayo para la adaptación al cambio global.

El objetivo de estas actuaciones es disminuir la vulnerabilidad y aumentar la resiliencia, la capacidad de recuperación, de los ecosistemas. Las medidas que se llevan a cabo para lograrlo son múltiples: reducción de los impactos, búsqueda de una mayor heterogeneidad de los paisajes, conectividad y eliminación de barreras, facilitación y sostenibilidad en los aprovechamientos.

DESPUÉS
Hacia el monte mediterráneo del S. XXI

En Sierra Nevada hay una gran extensión de pinares de repoblación que se realizaron a mediados del siglo pasado. Estos pinares son masas monoespecíficas, excesivamente densas, (hasta 3.000 pies por hectárea, más del doble del óptimo en algunos lugares), con bordes demasiado geométricos que, aparte de suponer un impacto paisajístico, son muy sensibles a los incendios, plagas y otras enfermedades forestales y muy vulnerables ante el cambio climático.

La naturalización de estos pinares busca un tipo de monte (que se ha bautizado como el monte mediterráneo del siglo XXI) abierto, con discontinuidades, heterogéneo, diverso y resistente a agentes erosivos. El objetivo es avanzar hacia un mosaico de vegetación y usos que ofrezca múltiples servicios ecosistémicos y sea especialmente resistente a los cambios que se avecinan.

Las actuaciones desarrolladas se centran principalmente en aclareos selectivos de pinares -entre el 25 y el 50% de los pies- y tratamientos selvícolas sobre encinas (resalveos y rozas entre dos tierras con los que se pretende ayudar al proceso natural con el fin de acelerar la formación de nuevos pies).

El mismo objetivo se persigue en la restauración de espacios degradados como las áreas afectadas por incendios forestales, actividades extractivas o abandono de cultivos, en este caso mediante siembras o plantaciones utilizando técnicas, en ocasiones novedosas, como los bosquetes de dispersión.

En ambos casos, desde diferentes situaciones de partida, se buscan unas masas arboladas que en el futuro prácticamente no precisen de la mano humana para su mantenimiento y conservación, bosques capaces, por sí solos, de evolucionar y perdurar de manera estable hacia su óptimo ecológico sin apenas intervención del hombre y de los costosos tratamientos selvícolas.

El modelo forestal obtenido permitirá el control de los incendios forestales, potenciará el uso múltiple del monte y aumentará el valor ecológico del ecosistema forestal al presentar una elevada diversidad de formaciones vegetales y una gran diversidad de ecotonos. 

 Otros casos prácticos de gestión adaptativa.

En la estrategia de generar capacidad adaptativa frente a los impactos del cambio climático en particular y del cambio global en general, tienen especial interés para Sierra Nevada dos experiencias piloto desarrolladas en los últimos años en masas de piornal-enebral y en robledales.

Los enebrales y sabinares constituyen unas formaciones vegetales típicas de la alta montaña. Es el hábitat natural de numerosas especies de fauna adaptadas a las condiciones particulares de nieve y hielo durante parte del año.

Los robledales de Sierra Nevada están en el límite más meridional de su área de distribución natural y están sometidas a unas presiones de cambio en los últimos tiempos, sobre todo asociadas a un mayor déficit hídrico (alargamiento del periodo seco, que coincide con el periodo vegetativo de la especie, con unas menores reservas de agua en el suelo), debilitamiento general de las masas, pérdida de capacidad reproductiva, mayor predisposición a ataques de agentes nocivos (plagas de defoliadores principalmente)etc.

En ambos casos, nos encontramos ante formaciones vegetales que se encuentran en una situación de estancamiento e incluso de degradación motivada por unas condiciones ambientales y unos cambios de usos del suelo.

Para ayudar a estas formaciones vegetales se desarrollan una serie de medidas entre las que podemos destacar:

- Utilización de especies facilitadoras para la siembra o plantación. 
- Recuperación de las acequias tradicionales de careo. 
- Localización de áreas con condiciones óptimas actuales o futuras para la existencia de dichas formaciones vegetales.
- Eliminación de especies oportunistas, okupas que han llegado por deterioro o por efecto de la acción antrópica.
- Protección de las plántulas en sus primeros estadios frente al ganado silvestre o doméstico.

sábado, 21 de marzo de 2015

Sendero Solidario El Avión

He escrito esta semana sobre el sendero solidario El Avión, y lo he titulado "Solidaridad en las alturas" para dar testimonio del homenaje permanente a los héroes de Jérez del Marquesado, que en marzo de 1960 rescataron a los ocupantes de un avión americano estrellado en Sierra Nevada, en el que se ha convertido este sendero.  Enlace a la edición digital 



 Inserto un par de imágenes adicionales con la localización exacta del lugar del accidente aéreo y una panorámica general del recorrido del sendero que me ha facilitado Antonio Gámez "el lanteirano", uno de los que más ha contribuido a la reconstrucción y al diseño del sendero. 



sábado, 14 de marzo de 2015

Primavera escalonada

Cortesía de Miguel Olvera. Sierra Nevada desde el Temple
Esta semana era viernes 13, y para combatir la superstición dediqué mi artículo a la primavera que llega, la que no espera y la que habrá que esperar . "Primavera escalonada" lo he titulado. Adjunto enlace a la edición digital  http://www.granadahoy.com/…/19829…/primavera/escalonada.html y algunas imágenes adicionales que se quedaron en la edición. 


Cortesía de Emi Juárez. Almendros en flor con la nieve al fondo desde Órgiva.

Empieza la metamorfosis. renacuajos de sapo corredor

Primula veris


sábado, 7 de marzo de 2015

La gran estación de esquí "de montaña"


Esta vez he dudado mucho en el titular principal para esta nueva doble página en mi colaboración semanal. Había pensado en cosas como estas:

"Abierta una gran estación de esquí en Sierra Nevada"

 "Centenares de kilómetros, sin forfait, sin remontes"

Mi idea era llamar la atención con un reportaje especial dedicado en sentido positivo a los amantes del esquí de travesía o de montaña y por otro lado como aguijonazo a los que siguen empeñados en ampliar la estación de esquí a costa de cargarse el parque nacional. La preparación de este artículo me ha permitido adentrar en el mundillo de estos "foqueros" y ha contado con la colaboración de mi amigo y compañero de trabajo Pedro Sánchez (otro buen Pedro Sánchez), de Yolanda Barragán y de Lorenzo Arribas que me han dado consejos y prestado estupendas fotos. Y como siempre gracias a la peridodista Lola Quero "interpretando" mnis ideas y dándole forma y a Magda Trillo la directora del periódico que cuida de que todo salga bien.


Extraigo este párrafo que me parece fundamental para comprender la grandeza de esta modalidad deportiva y de la montaña.
 
“… frente al esquí de pista que es la adaptación de la montaña al hombre, en el esquí de travesía hay una adaptación del hombre a la montaña. De subir una montaña con esquís a que te suban con los esquís a una montaña, hay una gran diferencia, pero la diferencia más grande es para la montaña (…)”. Lorenzo Arribas. Esquí de montaña en Sierra Nevada, libro de lectura obligada para los aficionados a esta actividad y para todos los amantes de la Sierra.