viernes, 4 de enero de 2013

Sierra Nevada, una montaña de oportunidades




Sierra Nevada ha sido un territorio valorado y admirado, dentro y fuera de España desde hace mucho tiempo pero ha sido en los últimos 25 años cuando se ha reconocido su importancia como patrimonio natural colectivo. Esta historia arranca con la inclusión en 1986, como Reserva de la Biosfera, en el Listado de Espacios considerados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Posteriormente, en 1989, el Parlamento de Andalucía incluyó en el Inventario de Espacios Naturales Protegidos, el Parque Natural de Sierra Nevada, debido a la singularidad de su flora, fauna, geomorfología y paisajes. 
 
Una década después las Cortes Generales, declararon el Parque Nacional de Sierra Nevada y la alta montaña mediterránea pasó a formar parte de la Red de Parques Nacionales. Además Sierra Nevada está incluida en la Red Europea Natura 2000, tanto por ser Zona de Especial Protección para las Aves como por albergar Hábitats de Interés Comunitario. Como el himno de nuestra tierra, Sierra Nevada es un espacio naturalmente protegido “por Andalucía, España y la Humanidad”.


Durante este tiempo se ha realizado un enorme esfuerzo en la conservación de este Paraíso de Biodiversidad y en la gestión de sus múltiples ecosistemas entre los que podemos destacar los programas de conservación de la flora endémica amenazada, la naturalización y diversificación de las masas forestales de repoblación, la recuperación de áreas degradadas de las altas cumbres o los programas de gestión de los ungulados silvestres (cabra montés y jabalí).

Otra de las líneas principales de trabajo ha sido el fomento de los usos y aprovechamientos tradicionales, resaltando todas las actuaciones de recuperación y conservación de las acequias de careo o el apoyo a la ganadería extensiva tradicional, elementos decisivos en la conformación del paisaje ecocultural que tanto valoramos.

En los últimos años el protagonismo de la gestión ha recaído en el Observatorio de Cambio Global, que ha convertido al Parque Nacional y Parque Natural de Sierra Nevada en un referente nacional e internacional.  En Sierra Nevada además de haberse puesto a punto indicadores que nos alertan de los cambios, -que se están produciendo ya-, en la biodiversidad y en los servicios que prestan los ecosistemas, se están ensayando medidas de gestión adaptativa, tanto para mitigar los efectos del cambio climático como para hacerlos más resilientes, menos vulnerables.

Se ha invertido mucho en la identificación y protección de nuestro valioso patrimonio natural, desvelando su interés a la sociedad y favoreciendo su uso y disfrute por parte de la ciudadanía. En la actualidad, podemos “presumir” de una extensa y variada Red de Equipamientos de Uso Público que incluye 3 aulas de naturaleza, 2 jardines botánicos, 2 centros de visitantes (más otros 2 puntos de información), 2 refugios base de montaña, refugios vivacs, áreas recreativas, miradores, senderos de accesibilidad universal… Esta atención al Uso Público se refuerza con el Servicio de Interpretación de Altas Cumbres y  el de prevención de accidentes “Sierra Nevada para vivirla seguro”.
 
Esta oferta debería completarse con dos elementos importantes: el Centro de Visitantes de la Hoya de la Mora, (que supondrá toda la reordenación y restauración paisajística de este lugar), y el Centro de Recepción e Interpretación de Pampaneira.

En los últimos años el acondicionamiento y señalización del sendero circular de gran recorrido Sulayr,  al que se accede desde cualquiera de los 60 municipios que integran el parque nacional y natural, y de la ruta para bicicletas de montaña TransNevada, una oportunidad exclusiva para acercarnos a los lugares más emblemáticos a la vez que se practica este deporte, han colocado a nuestra “Sierra” en un privilegiado lugar para dar satisfacción a esa creciente demanda de turismo de naturaleza. Y quedan por explorar o desarrollar otras múltiples propuestas para un turismo especializado en flora, aves, mariposas, ecuestre, micológico…Un turismo “abierto todo el año” y  a lo largo y ancho de esta “gran montaña, pequeño continente” que es el macizo montañoso, desde sus estribaciones semidesérticas orientales en Almería hasta la línea de cumbres occidentales, por encima de los 3.000 metros, entre el Picón de Jérez y el Caballo.

Porque, sin bajar la guardia en la función principal de conservación, el elemento central en la gestión de Sierra Nevada en estos momentos de crisis, es considerar nuestro rico patrimonio (biológico, geológico, paisajístico, cultural y etnográfico), además de por su interés medioambiental, como un recurso económico útil para el desarrollo de su entorno y para mejorar la calidad de vida y el bienestar de la población local. Ese será el objetivo del II Plan de Desarrollo Sostenible que se elaborará en los próximos meses.
En la Carta Europea de Turismo Sostenible encontramos una estrategia adecuada y un ejemplo de colaboración estrecha entre las instituciones y la iniciativa privada, extensible a otros sectores productivos, para avanzar en ese modelo económicamente viable, ambientalmente sano y socialmente justo.

Pero que nadie se llame a engaño. El adjetivo sostenible no puede ser una muleta sobre la que apoyar cualquier idea de negocio. Que nadie busque pelotazos ni burbujas etéreas, ni espere el advenimiento de un evento milagroso importando experiencias del turismo de masas, ya fracasadas, tanto por sus resultados económicos como por el déficit ambiental generado.  El futuro depende, más bien, del apoyo a múltiples y variadas iniciativas locales, pequeñas empresas, ideas innovadoras. En Sierra Nevada, afortunadamente, haberlas haylas, muchas y buenas. 

Artículo publicado en diario Granada Hoy el 4 de enero de 2013.

http://www.granadahoy.com/article/opinion/1430451/una/montana/oportunidades.html