lunes, 1 de junio de 2009

Otro apellido más para la sostenibilidad: RURAL

La semana pasada he asistidoJustificar a ambos lados al Simposium Internacional sobre Sostenibilidad Rural que se ha celebrado en la localidad de Pitres, en el municipio de la Tahá, invitado por Pepe Jesús gerente del GDR de la Alpujarra. Con este encuentro se cierra la Acción Conjunta de Cooperación, que a lo largo de dos años ha desarrollado diversas acciones en pro de la sostenibilidad rural en el ámbito del proyecto. Con este simposium los organizadores han querido ampliar el marco territorial del proyecto para dar cabida a reflexiones y experiencias venidas desde otros lugares, tanto nacionales como internacionales, con el fin de propiciar un encuentro abierto, en torno a la sostenibilidad rural. La misión principal ha sido debatir sobre diversos aspectos que contribuyan a la construcción de un discurso sobre la sostenibilidad propio del mundo rural y que atienda a las especificidades del mismo más allá de la mirada exclusivamente urbana.

Como mi intervención ("el parque nacional y parque natural de Sierra Nevada como modelo hacia el desarrollo sostenible") era el viernes temprano, he aprovechado para tirar de la familia y pasar unos días en esta parte de la Alpujarra. Si mi tesis ha sido que se puede compatibilizar conservación y desarrollo y que un espacio protegido como el nuestro puede ser, más que un lastre, una oportunidad para la población local, mucho más fácil es comprender que es compatible el ocio y el net-gocio, el trabajo y la diversión, al menos para los que tenemos la fortuna de hacer algo vocacional.

Nos hemos alojado en el Hotel Maravedí, un alojamiento rural con encantos en Capilerilla, (como su propio nombre indica está en la cabeza y es chiquitilla), otro de los núcleos del municipio junto a, descendiendo, Ferreirola, Mecinilla y Mecina Fondales, en cuyo hotel hemos cenado una noche y disfrutado de un concierto de música brasileña hecha por gente de medio mundo afincada en la comarca (toma fusión).

Espero haber enseñado algo durante mi charla y en otras intervenciones a lo largo del simposio. Por mi parte yo sí he aprendido mucho sobre Pitres y sobre sostenibilidad rural. De lo que no me he enterado es de donde viene lo del “loco Pitres”. Seguiré investigando por otros pueblos vecinos, porque me huele a que no tienen interés en averiguarlo “in situ”.

Volviendo al simposium comentaré que, entre otros muchos ponentes, he compartido tribuna con mis profes y amigos, los profesores Rosúa Campos y Hernández del Águila y en la misma jornada en la que yo toreé, intervino mi directora general, Rocío Espinosa, que mientras que mucha gente iba para su pueblo, para la aldea, ella, después de haber presentado el Plan Romero, se vino para la Alpujarra, (otra vez, porque ya había estado el miércoles en la inauguración de las jornadas), con la familia y ha estado todo el tiempo al pie del cañón, empapándose en vivo y en directo de todas las experiencias que han ido desfilando sobre este tema de la sostenibilidad rural. Compartieron mesa con ella Azucena, concejal de Almonte y Pilar Péramos la diputada de Medio Ambiente de Granada.

En las jornadas ha habido más mujeres protagonistas, como la alcaldesa de la Tahá, María Rosario, perfecta anfitriona del Simposium, o Marian mi también amiga y alcaldesa de Orgiva, que anda liada preparando un denso programa de actividades para la celebración del Día Mundial de Medio Ambiente. También estaba Emilia Juárez, ambientóloga y una de las almas mater de todo lo que se mueve sobre este tema por allí. Con quién he pasado más tiempo (fuera de las actividades oficiales) ha sido con Mercedes Carrascosa, la alcaldesa de Pampaneira, ya que mi hija Ángeles, tira mucho para este pueblo con el que tiene una relación especial y ahora todo está a su medida y alcance.

Una de las conclusiones del simposium ha sido esa, que la sostenibilidad rural, en manos de las mujeres, es una garantía de buen hacer, de conexión con los grandes retos y los pequeños gestos que la sensibilidad femenina aporta. Otra de las conclusiones es que la crisis económica puede ser una oportunidad para un nuevo modelo de desarrollo económico en el que no todo se mida por el crecimiento del PIB o de la factura eléctrica en el que empiecen a contabilizarse las puestas de sol, los sonidos de los pájaros, el aire limpio y chorradas de éstas.


Pero aparte del contenido sobre “Sostenibilidad Rural” lo que más me ha gustado han sido las actividades complementarias preparadas por la organización, como los coros, de mar y montaña, en la Plaza del Pueblo o el ya citado concierto de música brasileña, (un anticipo del Festival Especial de Música en las Montañas de este verano por ser el 20 aniversario de los Espacios naturales Andaluces y décimo del parque nacional) y las excursiones. Lástima que me perdí el conciertazo de Rafael Hernández, aunque yo ya he disfrutado en lugares más raros de su voz, incluso lo he oído cantar en Costa Rica.

En cuanto a las excursiones yo hice dos. Una más para conocer los tres pueblos del Barranco del Poqueira (no me canso de pasear por ellos) y otra a las cumbres de Sierra Nevada. Para este momento ya se habían incorporado al grupo mi hermana Marmen y Pepe (y María, Darío, Cristina y Pepillo). Un ventisquero de nieve de varios metros, (a 31 de mayo), nos impidió llegar hasta la Hoya del Portillo pero en cualquier caso disfrutamos de una mañana estupenda “por todo lo alto”, por encima de Puerto Molina, con la impresionante estampa de las cumbres desde este mirador. Ignacio tocó por primera vez la nieve y pudimos ver la hermosa y excepcional primavera de este año en los piornales de la alta montaña a unos 2.500 metros de altitud. Fernando Castellón, guía del parque, nos acompañó y amenizó el paseo, ilustrando cada panorámica, cada pequeño o gran detalle que asomaba por cualquier barranco, explicando estupendamente el origen y funcionamiento de las acequias de careo; parándose en cada planta, en cada insecto que nos chocáramos y metiéndose de lleno en el asunto en cuestión de la sostenibilidad rural como si hubiera estado todas las jornadas atento a los debates.

Acabé el fin de semana de nuevo en Pampaneira, recogiendo unas cerezas, que ya han volado, y despidiéndonos, hasta la próxima, de Mercedes y cía.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Enhorabuena Ignacio.

Es un placer saber que hay gente que ama más incluso que los propios lugareños a la Alpujarra Alta Granadina.

Espero que cuando vuelvas por tu amado baranco no te olvides de los que hay "de la loma pallá", como dicen los del barranco del Poqueira.

Un Abrazo muy Fuerte, y desde lo que me toca, GRACIAS.

Eugenio

Miguel Zúñiga dijo...

MENOS REUNIONES Y MÁS ACTUACIONES.
(Por la boca muere el pez).

Miguel

Ignacio Henares Civantos dijo...

En todos los trabajos se fuma sñor Miguel y no se llega muy lejos cuando no se sabe donde se va y yo creo muy útil estas "reuniones" que son tambien "actuaciones".

Miguel Zúñiga dijo...

Estimado sr. Henares.
Parto de la base de que si algo es cierto, puede ser igualmente certero lo contrario. He asistido a unas cuantas reuniones como estas. Fuí vicepresidente 1º y socio fundador de Alfanevada y mi experiencia me dice que además de las palabras hay que pasar a la acción. No voy a negar que tienen su utilidad, aunque las formas, según mi modesta opinión, sean equivocadas. En estas reuniones hay demasiados funcionarios y personas afines y pocos miembros de la comunidad rural.
Por otra parte observo que en este post se repite 11 veces la palabra "sostenibilidad" acompañada en algunas ocasiones de "rural", no se si a fuerza de repetirla pretende que sea cierta,porque lo cierto es que no existe y no solo porque no aparece en nuestro diccionario sino porque muchas de las antiguas tradiciones que en el mundo rural antaño SÍ eran sostenibles han desaparecido.
Razones hay muchas y no quiero que me malinterprete, no voy a echarles a ustedes la culpa pero tampoco veo que se haga demasiado para voltear esta situación. Por ejemplo,las acequias con tornas de careo se usaban para generar pastos, hoy la actividad del pastoreo es residual, estos careos favorecían el ecosistema de las laderas monte abajo y no solo a los pastores y su ganado. Las hiervas eran "limpiadas" por los animales que además abonaban la tierra. Así fue durante siglos, ahora las cosas han cambiado...
Igual se puede decir de la pesca o de otros asuntos. http://blogs.ideal.es/guejar-sierra/2009/6/1/incongruencias-medio-ambientales

De acuerdo en que en todos los trabajos se fuma, también en que hablar y compartir experiencias es bueno y sano y constructivo, de hecho es lo que pretendo con estos ratos que pierdo dejando palabras, aquí y en mi blog (en cierta manera ambos perseguimos lo mismo)pero tras las palabras hay que pasar a al acción, nuestras acciones, las de nuestra familia, y sobre todo las de mi padre, son estas:
http://blogs.ideal.es/guejar-sierra/2009/6/10/ecologia-estado-puro-

SIN TRAMPA NI CARTÓN, NI SUELDO NI SUBVENCIÓN.
Aunque como en si caso SÍ POR VOCACIÓN.

Saludos güejareños.