sábado, 6 de junio de 2009

Día Mundial del Medio Ambiente

Para rematar esta, otra, ajetreada semana, hemos tenido este viernes, el día Mundial del Medio Ambiente, festividad que se celebra cada año desde que en diciembre de 1972 la ONU lo acordara en su Asamblea General, a la vez que se aprobaba el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Este año el lema general de Naciones Unidas ha sido: “¡Tu Planeta te necesita! Unidos contra el Cambio Climático”, en el que se ha querido resaltar la responsabilidad individual en la protección del planeta. “Avanzar hacia sistemas de producción sostenibles”, “invertir en procesos naturales de captura de carbón como son la conservación, rehabilitación y manejo de bosques, humedales y otros ecosistemas”, han sido los mensajes principales lanzados desde instancias internacionales aprovechando los actos desarrollados para celebrar este Día con la mirada puesta en diciembre, en Copenhague y en la necesidad de un nuevo acuerdo mundial contra el cambio climático.

Por toda la geografía española se han desplegado infinidad de buenas palabras, de importantes gestos, y se han promocionado actividades ambientales de todo tipo, muchas de ellas bienintencionadas, (algunas claramente hipócritas y sólo de escaparate, aunque no diré nombres ni lugares para no estropear la efemérides), pero en muchos casos, en la mayoría quizás, insuficientes, aisladas o en clara contradicción con las acciones que los que las organizan, realizan el resto del año.

La Consejera de Medio Ambiente, de la Junta de Andalucía, Cinta Castillo, acompañada de la plana mayor de la Consejería, (incluida mi directora general de Sostenibilidad en la Red de Espacios Naturales que ya había estado otra vez esta semana en Granada -el miércoles en la inauguración de las Jornadas Europeas de la Carta Europea de Turismo Sostenible que se han celebrado en Capileira-), ha venido al nuevo Jardín Botánico de Hoya de Pedraza en Sierra Nevada, para celebrar aquí este Día del Medio Ambiente en el que habitualmente se aprovecha para hacer la entrega de los premios del Concurso Fotográfico que con este motivo se organiza en Andalucía (y van 26 ediciones).

En su discurso durante el acto ha anunciado el impulso del Pacto Local contra el Cambio Climático, una iniciativa que pretende integrar a los municipios andaluces en el Plan de Acción del gobierno andaluz para combatir las causas y efectos del cambio climático.

Mi consejera ha resaltado el papel destacado que juega el Observatorio del Cambio Climático del parque nacional y parque natural de Sierra Nevada, que forma parte de un programa internacional de la UNESCO que pretende desarrollar un método para detectar señales de cambio global en ambientes de montaña y facilitar estrategias de uso sostenible de la tierra, agua y biodiversidad. A su juicio, “este observatorio se ha revelado como un proyecto de referencia en nuestro país y a nivel internacional y está empezando a dar sus primeros frutos, propiciando la transferencia de los conocimientos de la comunidad científica al ámbito de la gestión para hacerla más activa”.

Nos ha acompañado un fabuloso grupo de niños y niñas del Colegio Sierra Nevada de Granada que hemos escogido para iniciar las actividades de este jardín Botánico en este día tan especial, dedicado este año a la sensibilización contra el cambio climático. Cuando los he recibido les he explicado las diferencias entre cambio global y cambio climático (espero que los profesores que estaban muy atentos lo hayan entendido) y entre parque nacional y parque natural y les he pedido que nos ayuden a defender Sierra Nevada.

Se han comprometido con la consejera a participar en la campaña “Ecoactúa” y para recordarlo se han llevado colores, mochilas, gorras y camisetas con este mensaje.

viernes, 5 de junio de 2009

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Tienes que ver este documental fabuloso. Búscalo. Ahí tienes un trailer para provocar tu interés y curiosidad.


jueves, 4 de junio de 2009

Cae otro tramo completo del Sulayr

He aprovechado la necesidad de ir a visitar unas actuaciones en el pinar de la Dehesa del Calvario para realizar otro de los tramos más atractivos del sendero Sulayr en este final de primavera, de esta extraordinaria y excepcional primavera de este año.Hace pocos días, siempre aprovechando cuestiones de trabajo, hice el tramo la Polarda-La Roza.

Hemos comenzado por el refugio de Peña Partida al que hemos llegado, franqueando la cadena de acceso restringido, por la Loma del Tío Papeles desde la localidad de Güejar-Sierra, un pueblo con el alma dividida entre la resistencia anquilosada al parque nacional y al parque natural y el amor a la sierra y a las posibilidades (quizás las mejores oportunidades), de desarrollo y empleo que alberga para sus habitantes.

Al llegar a las inmediaciones del refugio, aparte de disfrutar de las hermosísimas vistas de las caras Norte de las principales cumbres nevadenses, hemos rastreado el mejor trazado para el paso de unos pequeños tractores de cadenas por el piornal hasta acceder a la masa forestal, que ya están tratando varias cuadrillas de motoserristas desde que la nieve se ha retirado de esta zona. Hemos señalizado las zonas más sensibles, (borreguiles, prados con especies más vulnerables), aunque aquí casi toda la flora por aquí es de gran valor y la mayoría son especies endémicas de Sierra Nevada aunque no están amenazadas. Una vez hemos consensuado el lugar por donde accederá la maquinaria, las medidas para minimizar el impacto del paso como la colocación de una alfombra de ruedas de goma o la división en varios pasillos para “diluir” la presión sobre la vegetación, y en su caso, las medidas para restaurar la zona afectada-, la mayor parte de la expedición (técnicos del parque y de la empresa que realiza los trabajos y Gonzalo, agente de la zona), se han vuelto con los vehículos para preparar el dispositivo para el día siguiente y Antonio Muñoz, ese “joven montañero”, casi a punto de jubilarse, (con quien mejor para ver Sulayr), Bernardino un joven trabajador de la empresa al que doblo en edad y yo continuamos andando el camino para acceder al pinar, ver cómo van los trabajos de naturalización de cerca y aprovechar para hacer este tramo número 18 del gr-240 que acaba en las Casas de la Hortichuela. El recorrido total es de 14 kilómetros y medio, con un desnivel de casi 1.223 metros.

El recorrido es largo, aunque casi siempre en descenso, resulta un poco duro en algún punto, pero si lo he podido hacer yo (un poco también estimulado por el ridículo y escándalo que podía suscitar el abandono del “conservador” del parque o la renuncia a mitad de camino), significa que podemos decir que es un tramo para (casi) todos los públicos, al menos en esta etapa del año.

La primera parte del trayecto es un repaso a las clases de botánica, de campo. Casi no hay tiempo de pararse en tanto detalle, en tanta variedad de especies de plantas, y también de insectos, endémicas. Y si levantas la cabeza para respirar este aire limpio y puro las panorámicas hacia las cumbres o hacia los valles son espectaculares en todas las direcciones.

Al llegar a la Dehesa del Calvario, pienso en la dureza que debieron soportar los trabajadores que hicieron estas repoblaciones en este lugar recóndito y me pregunto si el nombre viene de las penurias que pasaron y observo in situ como este pinar está especialmente tocado y es especialmente vulnerable porque está al límite de sus condiciones ecológicas, o mejor dicho está por encima de sus requerimientos y de su distribución altitudinal y su tratamiento es especialmente urgente en este escenario de cambio global al que nos enfrentamos.

Una vez analizada la masa y efectuadas las indicaciones necesarias para la realización de los trabajos de naturalización (densidades de aclareo, ruptura de la homogeneidad de la masa y de las líneas de borde, zonas exentas de tratamientos, normas para el astillado, etc.) que Bernardino anota y que comunicaré a Manu Romero y a Estanislao con más detalle posteriormente, reemprendemos nuestro camino.

Antes mis constantes preguntas, Antonio me va contando todos los topónimos de cada pico, de cada cortijillo, de cada sendero que nos cruzamos, que él se conoce como si fueran partes de su casa. En mitad del tramo conocido como de los Presidiarios (parece que viene este nombre de los trabajadores que iban a la mina que hay al final cerca del Puntal de Vacares) nos topamos con unos senderistas (unas señoras de cierta edad que incrementan el estímulo para seguir avanzando) y a renglón seguido con unos muleros que llevan provisiones a los trabajadores del Calvario. Dada la dificultad de acceso al tajo los motoserristas están acampados en el “Barracón” –llaman así al refugio-vicac de la Cucaracha que ha sido acondicionado para la ocasión de la manera más digna posible para permitir la pernoctación durante la semana de estos trabajadores que Bernardino me dice que son muy especializados y algunos vienen de Caniles-. Viven allí de lunes a viernes y aprovechan al máximo las horas del día para avanzar las actuaciones.

A estas alturas mientras reponemos líquidos (unos entran y otros salen), nos detenemos unos instantes para ver a lo lejos un nido de águila real situado en un cortado en frente de nuestro camino. No hay suerte en esta ocasión y no hay movimiento. Antonio recuerda a Benardino que los dos pollos que se han visto este año que está sacando la pareja, no volarán hasta dentro de un mes por lo menos, por lo que deberán dejar para más adelante los trabajos en una banda cercana al área para no molestar a las aves y provocar el abandono del nido.

Cuando llevamos un par de horas largas andando llegamos a la mitad de camino, a la altura del Puntal del Vadillo, en la unión de éste con el Genil; la parte más dura ha quedado atrás y siento cómo si hubiera estado un par de horas en el gimnasio haciendo bicicleta y ejercicios para endurecer el culo. Ahora nos aproximaremos, mientras continuamos el “paseo”, a los otros puntos de interés que justifican esta salida de la oficina extraordinaria. Pasamos por el “abuelo”, famoso castaño centenario en la Vereda de la Estrella, vemos los trabajos de acondicionamiento de esta famosa Vereda que llega a las minas del mismo nombre y puedo observar cómo marchan las actuaciones en el robledal del San Juan.

Llegamos por fin a la Hortichuela, punto y final de este tramo de Sulayr, donde podré ver otras actuaciones del Plan Extraordinario de Inversiones de parques nacionales, denominado como Plan E (de Estímulo para la Economía) aunque más famoso como Plan ZP.

Tras cuatro horas y media largas desde que salimos de Peña Partida llegamos al punto final del recorrido un poco más allá del cortijo (estos metros de subida de propina, ya a estas horas, con el sol en todo lo alto y mucho polvo en el camino, son especialmente duros). Estoy jodido pero contento. Además, tenía calculado que sería mayor el esfuerzo y más larga la jornada, pero el tirón de mis acompañantes ha servido para que, ayudados por un coche que nos prestan, podamos llegar hasta la oficina del parque, incluso a tiempo para ver el correo electrónico, recoger las notas del despacho y llegar a casa a comer y a descansar. Hoy no perdono la siesta.

lunes, 1 de junio de 2009

Otro apellido más para la sostenibilidad: RURAL

La semana pasada he asistidoJustificar a ambos lados al Simposium Internacional sobre Sostenibilidad Rural que se ha celebrado en la localidad de Pitres, en el municipio de la Tahá, invitado por Pepe Jesús gerente del GDR de la Alpujarra. Con este encuentro se cierra la Acción Conjunta de Cooperación, que a lo largo de dos años ha desarrollado diversas acciones en pro de la sostenibilidad rural en el ámbito del proyecto. Con este simposium los organizadores han querido ampliar el marco territorial del proyecto para dar cabida a reflexiones y experiencias venidas desde otros lugares, tanto nacionales como internacionales, con el fin de propiciar un encuentro abierto, en torno a la sostenibilidad rural. La misión principal ha sido debatir sobre diversos aspectos que contribuyan a la construcción de un discurso sobre la sostenibilidad propio del mundo rural y que atienda a las especificidades del mismo más allá de la mirada exclusivamente urbana.

Como mi intervención ("el parque nacional y parque natural de Sierra Nevada como modelo hacia el desarrollo sostenible") era el viernes temprano, he aprovechado para tirar de la familia y pasar unos días en esta parte de la Alpujarra. Si mi tesis ha sido que se puede compatibilizar conservación y desarrollo y que un espacio protegido como el nuestro puede ser, más que un lastre, una oportunidad para la población local, mucho más fácil es comprender que es compatible el ocio y el net-gocio, el trabajo y la diversión, al menos para los que tenemos la fortuna de hacer algo vocacional.

Nos hemos alojado en el Hotel Maravedí, un alojamiento rural con encantos en Capilerilla, (como su propio nombre indica está en la cabeza y es chiquitilla), otro de los núcleos del municipio junto a, descendiendo, Ferreirola, Mecinilla y Mecina Fondales, en cuyo hotel hemos cenado una noche y disfrutado de un concierto de música brasileña hecha por gente de medio mundo afincada en la comarca (toma fusión).

Espero haber enseñado algo durante mi charla y en otras intervenciones a lo largo del simposio. Por mi parte yo sí he aprendido mucho sobre Pitres y sobre sostenibilidad rural. De lo que no me he enterado es de donde viene lo del “loco Pitres”. Seguiré investigando por otros pueblos vecinos, porque me huele a que no tienen interés en averiguarlo “in situ”.

Volviendo al simposium comentaré que, entre otros muchos ponentes, he compartido tribuna con mis profes y amigos, los profesores Rosúa Campos y Hernández del Águila y en la misma jornada en la que yo toreé, intervino mi directora general, Rocío Espinosa, que mientras que mucha gente iba para su pueblo, para la aldea, ella, después de haber presentado el Plan Romero, se vino para la Alpujarra, (otra vez, porque ya había estado el miércoles en la inauguración de las jornadas), con la familia y ha estado todo el tiempo al pie del cañón, empapándose en vivo y en directo de todas las experiencias que han ido desfilando sobre este tema de la sostenibilidad rural. Compartieron mesa con ella Azucena, concejal de Almonte y Pilar Péramos la diputada de Medio Ambiente de Granada.

En las jornadas ha habido más mujeres protagonistas, como la alcaldesa de la Tahá, María Rosario, perfecta anfitriona del Simposium, o Marian mi también amiga y alcaldesa de Orgiva, que anda liada preparando un denso programa de actividades para la celebración del Día Mundial de Medio Ambiente. También estaba Emilia Juárez, ambientóloga y una de las almas mater de todo lo que se mueve sobre este tema por allí. Con quién he pasado más tiempo (fuera de las actividades oficiales) ha sido con Mercedes Carrascosa, la alcaldesa de Pampaneira, ya que mi hija Ángeles, tira mucho para este pueblo con el que tiene una relación especial y ahora todo está a su medida y alcance.

Una de las conclusiones del simposium ha sido esa, que la sostenibilidad rural, en manos de las mujeres, es una garantía de buen hacer, de conexión con los grandes retos y los pequeños gestos que la sensibilidad femenina aporta. Otra de las conclusiones es que la crisis económica puede ser una oportunidad para un nuevo modelo de desarrollo económico en el que no todo se mida por el crecimiento del PIB o de la factura eléctrica en el que empiecen a contabilizarse las puestas de sol, los sonidos de los pájaros, el aire limpio y chorradas de éstas.


Pero aparte del contenido sobre “Sostenibilidad Rural” lo que más me ha gustado han sido las actividades complementarias preparadas por la organización, como los coros, de mar y montaña, en la Plaza del Pueblo o el ya citado concierto de música brasileña, (un anticipo del Festival Especial de Música en las Montañas de este verano por ser el 20 aniversario de los Espacios naturales Andaluces y décimo del parque nacional) y las excursiones. Lástima que me perdí el conciertazo de Rafael Hernández, aunque yo ya he disfrutado en lugares más raros de su voz, incluso lo he oído cantar en Costa Rica.

En cuanto a las excursiones yo hice dos. Una más para conocer los tres pueblos del Barranco del Poqueira (no me canso de pasear por ellos) y otra a las cumbres de Sierra Nevada. Para este momento ya se habían incorporado al grupo mi hermana Marmen y Pepe (y María, Darío, Cristina y Pepillo). Un ventisquero de nieve de varios metros, (a 31 de mayo), nos impidió llegar hasta la Hoya del Portillo pero en cualquier caso disfrutamos de una mañana estupenda “por todo lo alto”, por encima de Puerto Molina, con la impresionante estampa de las cumbres desde este mirador. Ignacio tocó por primera vez la nieve y pudimos ver la hermosa y excepcional primavera de este año en los piornales de la alta montaña a unos 2.500 metros de altitud. Fernando Castellón, guía del parque, nos acompañó y amenizó el paseo, ilustrando cada panorámica, cada pequeño o gran detalle que asomaba por cualquier barranco, explicando estupendamente el origen y funcionamiento de las acequias de careo; parándose en cada planta, en cada insecto que nos chocáramos y metiéndose de lleno en el asunto en cuestión de la sostenibilidad rural como si hubiera estado todas las jornadas atento a los debates.

Acabé el fin de semana de nuevo en Pampaneira, recogiendo unas cerezas, que ya han volado, y despidiéndonos, hasta la próxima, de Mercedes y cía.