sábado, 15 de marzo de 2008

Un pasito más de la UE contra el cambio climático

Los dirigentes de la Unión Europea (UE) han acordado en la cumbre de primavera celebrada en Bruselas un cronograma para adoptar leyes destinadas a reducir las emisiones de gases de efecto de invernadero que tiene como fecha tope final de año. Los líderes de la UE pretenden llegar con una posición de liderazgo mundial a la conferencia de Copenhague de 2009 en la que se negociará un acuerdo que sustituya al Protocolo de Kioto tras la expiración de éste en 2012.

La legislación, que deberá aprobar el Parlamento Europeo, busca siguiendo el Plan aprobado por la Comisión Europea, cortar las emisiones en 20% parte antes del año 2020, en comparación con los niveles de 1990, que un 20% de su consumo de energía proceda de fuentes renovables para ese año, y que los biocombustibles supongan el 10% de los carburantes que se consuman en esa fecha.

El primer ministro de Eslovenia, Janez Jansa, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la UE, dijo que "el acuerdo constituye un paso gigantesco para que la UE pueda mantener su liderazgo en la lucha contra el cambio climático", algo que muchos han exigido que ocurra antes de una serie de reuniones previstas para el próximo año con países como Estados Unidos y China, dos de los principales emisores de gases de efecto de invernadero.

Jansa dijo que, además,"la UE prestará 'atención específica' a la posible deslocalización de empresas a países con normas ambientales más laxas, que tendría un doble efecto negativo: más paro en Europa y más emisiones de efecto invernadero en otros países".

UNANIMIDAD. En sus conclusiones, los líderes europeos insisten en la necesidad de que "la transición hacia una economía segura y viable a largo plazo que produzca pocas emisiones de carbono sea compatible con el desarrollo duradero de la UE, su competitividad, su seguridad de abastecimiento y la seguridad alimentaria".
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DIFERENCIAS. Para conseguir el objetivo global, cada país tendrá que hacer un esfuerzo distinto, que se repartirá en función de las posibilidades de cada uno. Las propuestas de la Comisión Europea sobre el esfuerzo nacional de cada país han recibido bastantes críticas. Durante la cumbre, Francia y Gran Bretaña volvieron a poner sobre la mesa su idea de un Impuesto sobre el Valor Añadido, IVA medioambiental, para los productos "ecológicos", que obtendrían beneficios fiscales, una iniciativa que despierta muchas reservas.

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