viernes, 31 de agosto de 2007

Estoy aquí...

Había pensado titular el post de la vuelta a la "normalidad" con el Ja soc aquí que hiciera famoso el honorable Tarradellas, pero Juan Cañavate se me ha adelantado "quemándolo" en la Lista de Correo que acaba de poner a punto el maestro webmaster Osvaldo (sólo para sociatas de la capital). Además también ha utilizado esta frase, de manera más atractiva, para la rentreé, Mayoyo, cuyo blog es uno de mis enlaces favoritos.
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Por eso lo he cambiado al ""Estoy aquí..." aparentemente menos trascendente pero si se le pone la vocecilla de la niña de la película Poltergeist, entonces puede dar una idea mágica, misteriosa, de quién vuelve (un fenómeno extraño que no es lo mismo que un extraño fenómeno).
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El caso es que me reincorporo a mi blog después de las vacaciones, cortísimas para mí (ver post Escapada a Canarias) y largas o muy largas para otros y otras, en las que no he querido molestar ni entrometerme, a sabiendas de que la desconexión primera que se hace es la de Internet y la segunda la del móvil (si se quiere y se puede).
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Conforme vayan cambiando los anuncios de la radio y de la televisión y se acaben los del tinto de verano Don Simón (o Sandevid) y vayan apareciendo los de las colecciones (que manía con querer poner a la gente a coleccionar después de las vacaciones), y los anuncios de la vuelta al Cole, llegará septiembre y se acabará el verano. Un anuncio que no cambia y sigue dando la tabarra es el del Teleférico. Es una lata todas las mañanas, mientras me afeito,escuchar en la radio la misma cantinela y cada 6 (igual a dos por tres), leer al promotor en los periódicos presionando y contando embustes (como decía mi abuelo Antonio).
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Para hacer más agradable y suave la vuelta se inventaron las fiestas de los barrios del Zaidín y de la Chana que nos permitirán reencontrar y saludar a la gente, comparar morenos y contar batallitas. Nos vemos.

Escapada a Gran Canaria


40 años sin conocer las Islas Afortunadas (dicen que este nombre lo recibieron porque se enteraron de la muerte de Franco una hora antes), a pesar de haber viajado hasta muchos lugares lejanos como Perú (que está de lejos “como de aquí a Lima”), Finlandia (tierra del Fin) o a la isla de Bali, por poner algunos ejemplos que me han hecho ganarme el apodo de Willy Blog, y en los últimos tres años he viajado a Tenerife, Lanzarote y ahora a Gran Canaria.

La primera reflexión profunda: ¡Qué poco cuesta madrugar cuando se está de vacaciones y es para hacer un viaje!

Los compañeros de viaje (Pili, Conchi, Inma y Pepe), han sido los mismos que cuando fuimos al Puerto de la Cruz, aunque la novedad está en el polizón que acompaña a Mariángeles en la “bodega”. En aquella ocasión venían “las niñas” Rocío y Nhaiara –allí conoció al Cansino- pero este año han preferido viajar por su cuenta a Ibiza y Benidorm.

Esta semana y el fin de semana de la Nochevieja de agosto en Bérchules han sido mis únicas vacaciones este año (excepción de los fines de semana de julio en la Herradura) y las he disfrutado con intensidad. En realidad tenía pocas exigencias: no madrugar, tiempo para leer novelas y “cosas” sin interés, baño, sol, sauna, tiempo para no hacer nada… vacaciones en definitiva.

Algunos nombres propios de los sitios visitados: Playa del Inglés, (donde nos alojamos), barrios de Vegueta y Triana en la capital, Arucas, Firgas, Agaete, (el dedo de Dios Padre no pudimos verlo porque ha sido amputado por un Dios menor como es Eolo), Mogán, Dunas de Maspalomas, (a este paso no va a quedar nada que reservar en la Reserva), Playa Amadores...

Mi hija se lo ha pasado estupendo porque sólo necesita ahora dos elementos en los viajes: playas (para jugar con la arena porque no se encuentra segura nadando en el mar) y piscina (para continuar su aprendizaje de natación, siempre con las gafas de bucear puestas) y espectáculos nocturnos que sigue desde la primerísima fila (magia, malabarismo, baile), sobre todo si necesitan voluntarios. Y una exigencia adicional: ir a la minidisco a diario a bailar canciones-juego internacionales. Más de la mitad son las mismas que aprendió en Punta Cana y en Túnez, incluidas el Veo, Veo y el chu, cu, chu del Tren (versión Teresa Rabal).

Por razones imprevistas he tenido una aproximación al Sistema de Salud de Canarias, (tanto a la Atención Primaria, visita a las urgencias de un Centro de Salud, como a la especializada con una mini estancia en el Hospital Materno-Infantil), lo que me ha hecho, por un lado, reafirmarme en la necesidad de defender, con uñas y dientes, la sanidad pública, que en esta comunidad autónoma está recibiendo fuertes inversiones evidentes en los últimos años y, por otro, sentirme orgulloso de la situación del sistema sanitario andaluz. Afortunadamente todo ha quedado en una pequeña alarma que obligará a tener reposo a Mariángeles y a unos meses finales del embarazo con un seguimiento especial.

Otra reflexión profunda: la gravedad del síndrome postvacacional no es proporcional a la duración de las vacaciones porque yo lo tengo tan gordo como si hubiera estado dos meses de descanso.

miércoles, 8 de agosto de 2007

POESÍA EN EL LAUREL

Llegué al Convento San Luis el Real casi con el tiempo justo de saludar al alcalde, mi amigo Jorge Rodríguez, que me presentó a la nueva directora del Área de Cultura, una chica cubana que estaba con su compañero Vázquez de Sola. Para su sorpresa, yo le conocía desde hace muchos años y en unos instantes pude comentar con él como de pequeño mi padre, (como otros muchos en los últimos años del franquismo), escuchaba cada vez que teníamos visita de confianza, con las puertas y ventanas cerradas, grabaciones suyas venidas de Francia, en las que arremetía contra Franco. Y recordé también algunas de sus viñetas y caricaturas que circulaban por entonces. Desde entonces, he seguido su trayectoria como humorista.

El protocolo me colocó junto a Paco Moraga, concejal de Medio Ambiente y delante de Tato Rébora, de La Tertulia, el del Festival del Tango, argentino, como el que nos disponíamos a escuchar.

El acto empezó con una presentación de Juanjo Ibáñez, breve pero profunda, lo suficiente para enmarcar al verdadero protagonista. A continuación un saludo emocionado y orgulloso del alcalde de la Zubia, del área metropolitana de Granada y para la Humanidad, a las casi mil personas que calculo que llenaban el patio del convento. Y apareció Alberto Cortez, de negro, como casi siempre, más mayor, más gordazo, pero el mismo de siempre.

Para darme el gusto arrancó con “Mi árbol y yo” y recordé que para encontrar el sentido de la vida hay que saber plantar árboles para que otros disfruten de su sombra y recordé también los primeros árboles que planté con mi padre (otra vez el recuerdo de mi padre ayer) cuando era muy pequeño.

Y se sucedieron las canciones que eran poesía y los poemas que eran cantos. Poesía en el Laurel, con las monjitas en los balcones. Poesía en la gloria, poesía para el cuerpo y para el alma. Poesía mientras se escuche el rumor de un arroyo, el canto de un grillo. Y llegó Distancia y la Nana de la Cebolla para elevar la temperatura ambiental.

Cuando sonó “Que suerte he tenido de nacer” pensé que el concierto estaba dedicado a mí, a mi momento, a mi cumpleaños y reflexioné bajo las notas del piano que ya no tengo más que buscar sino que disfrutar, de compartir, de dar y de devolver. Que tengo lo que quiero y tengo que querer más lo que tengo.

Los tres Pablos” (Neruda, Picasso y Casals), “Te sigo queriendo como el primer día” y “A partir de mañana” la canción que había inspirado mi post anterior (Carpe Diem). A estas alturas las monjitas ya estaban más relajadas y se sentaron visibles en los balcones.

Alberto recitó un poema sobre el vino que saca cosas que el hombre calla y pensé en la antología poética sobre el vino que prepara Eduardo Castro uno de los protagonistas de la Poesía en el Laurel la semana próxima.

Y llegó la del “Perro Callejero” y el poeta/cantante recordó a su perra recién fallecida y yo (y Mariángeles más) al Guay que ya no está tampoco con nosotros. “En un rincón del alma”, “El abuelo, "Lupita" (canción estrenada en España ayer)... Y el broche final “Cuando un amigo se va”, cantando al final sin micrófono ante un público a estas alturas más que entregado, rendido a sus pies. Y con alguna monja ya abajo esperando poder abrazar o pedirle un autógrafo al artista.

Al final del concierto-recital comenté que a Alberto Cortez se le veía a gusto, se le nota que tiene muchas tablas, mucha mili, pero pienso que además de oficio hay que tener sentimiento para poder transmitir en un rato tantas emociones.

martes, 7 de agosto de 2007

CARPE DIEM

Acabo de cumplir un año, los demás los tenía cumplidos con anterioridad.

Me siento como la paya esa del anuncio de PULEVA en el barquito, “en mi mejor momento”. Me parece que es la Belén Rueda. Creo que esta afirmación la habré hecho en más ocasiones, en muchas etapas distintas de mi vida, por lo que concluyo que el mejor momento siempre es el actual, si sabes vivirlo, saborearlo, si sabes aprovecharlo y que no pase de largo. Yo siempre he sido una persona que ha mirado más hacia delante que hacia atrás y que me he apuntado al refrán de que “cualquier tiempo pasado fue… anterior”.

A partir de mañana empezaré a vivir la (otra) mitad (más o menos) de mi vida (esta tarde voy al Festival de Poesía en el Laurel de la Zubia al que acude mi admirado Alberto Cortez y me he acordado de su canción).

Agradezco las felicitaciones de cuantos (y cuantas) os habéis acordado de mi santo y/o mi cumpleaños, mediante las llamadas, mensajes o correos electrónicos y sobre todo agradezco las que han venido acompañadas de regalos (el bañador, la funda de móvil, los libros, la colonia… y muy especialmente, estoy encantado con la cámara de video que me ha regalado MA, que espero aprender a manejar pronto para poder completar mis posts con imágenes).