viernes, 4 de mayo de 2007

El alcalde es un peligro para el urbanismo

Mientras se dilucida si Nino García Royo ha sido apartado por la presión de los promotores o ha sido cesado por su mala gestión, el alcalde ha tomado las riendas del urbanismo y los últimos días del mandato del tío del tractor y del jefe del nacionalprovincialismo pueden ser nefastos para la ciudad de Granada.
-
El mismo día que se conoce que la Fiscalía del TSJA abre diligencias para investigar la veracidad de las acusaciones de delitos contra García Royo, el concejal de urbanismo ha dejado de estar desaparecido deambulando por la Avenida de la Constitución (cuando pasen las nubes volverá a ser la Avenida de la Insolación) o quizás por el Paseo de los Tristes, y ha reaparecido para defenderse en solitario, ya que los suyos lo han dejado tirado ante las feroces críticas y acusaciones del promotor y presidente del CB Granada, JJ Romero, a las que se ha sumado luego otro contructor, Emiliano Rodríguez (ex presidente de la asociación de promotores y constructores). Extraña coincidencia contra García Royo de dos íntimos enemigos entre sí.
-
García Royo anuncia que se querellará contra el segundo pero que contra el primero no lo va a hacer, por ahora, porque quiere seguir en la brecha hasta el último día para no abstenerse en algunas decisiones urbanísticas importantes. Lo que no ha contado el saliente concejal de urbanismo es que una de las poderosas razones para asistir a la última Junta de Gobierno ha sido participar en la decisión de la operación de Hierros Serrano en la que los intermediarios de este horror urbanístico han sido abogados muy próximos al PP y que lo que quiere es permanecer como concejal hasta el Pleno Extraordinario que se tiene que producir tras las elecciones para el que se reserva su última carta.
-
Aunque Luis Gerardo quiera aparecer en estos momentos como paladín contra las presiones de los promotores, no puede ocultar que en la ciudad se han hecho oscuros negocios, malas operaciones urbanísticas y chapuzas legales para vulnerar el PGOU dirigidas por él o con su anuencia. Porque la fuerza del hasta hace poco megaconcejal está no en lo que ha dicho sino en su silencio sobre cosas que ha visto, que ha oído y que se han hecho en la ciudad. El Partido Popular le tiene miedo y él quiere administrar sus bazas y sus tiempos aunque las patadas que recibe a diario de los suyos son provocaciones demasiado fuertes para su carácter. Guarda papeles pero sobre todo guarda conversaciones.
-
Yo nunca me he creído a Nino ni me lo creo ahora. La prueba de que está haciendo una pose ante los medios de comunicación es que no ha querido o no ha podido impedir que el alcalde, que (le) retiró el PGOU del debate en el Pleno Municipal para que no enturbiara la campaña electoral, haya firmado un convenio urbanístico con el arzobispado, que está condicionado a esa modificación del PGOU, en el que se permite a la Iglesia que construya en suelo protegido y además se le ceden parcelas públicas destinadas a equipamientos en el Distrito Chana. (¿Por qué maltrata al barrio de la Chana de manera repetida el partido popular?).
-
Si la ciudad necesita para hacer un vial terrenos de la iglesia pues que los expropie por interés general y no tiene que regalarle al arzobispado terrenos en los que además pueden esconderse otras pretensiones urbanísticas. Esta decisión es inoportuna, inadecuada y sólo se puede interpretar en clave de intereses particulares no de los intereses generales de la ciudad. Una acción de este modo hace un flaco favor a la Iglesia que la coloca en un punto de mira muy delicado, sobre todo con la también delicada situación del arzobispo, y al ayuntamiento como institución. Sobre las explicaciones dadas por monseñor (en este caso parece mejor decir sonseñor), sólo cabe aplicarle el dicho de “excusatio non petita acusatio manifiesta”.

En cuanto a la salida del alcalde queriendo convertirse en defensor de la Universidad de Granada es poco seria y poco responsable. Que Torres Hurtado, que ha obligado a la Universidad a que participe en una subasta pública (Hotel Kenia) para hacerse con un edificio en el barrio del Realejo, que ha tenido enfrentamientos con la Universidad para la ampliación de la Facultad de Informática o para determinadas licencias en el Campus de Cartuja, quiera ahora acusar de que no se buscan salidas para la implantación del tercer campus universitario, es poco serio y poco responsable, como diría la desaparecida (mediáticamente) Tamara "es patético". De nuevo la búsqueda de la confrontación y el victimismo como estrategia hacen peligrar el futuro de los proyectos de la ciudad. Fuera excusas lo que Torres Hurtado quiere es dar un salto (más bien asalto) a la Vega utilizando a la Universidad o al Campus de la Salud como pretextos.

En cualquier caso si el inculto tiene interés en que estos temas se debatan podía llevarlos al Pleno del Ayuntamiento o a un debate público, que en estos momentos previos al inicio de la campaña electoral quizás sea el lugar más adecuado, o si no, dejarlos aparcados para buscar el consenso más amplio tras las elecciones del 27 de mayo. Pero el alcalde es un cobarde como ha dicho Manolo al que le han dicho chaquolín los otros protagonistas del Corpus Civil: los cabezudos a los que sólo le falta ponerse la mano en la boca.

No hay comentarios: