sábado, 24 de marzo de 2007

Yo no estuve en el "banderazo"

Supongo que si se enteran los fachas que no he estado en lo de la bandera, me dirán antipatriota, como me dijo un día un capitán al que denuncié por pegarle a un recluta, cuando era alferez en la milicia universitaria. Yo, como Paco Ibáñez, tengo mala reputación en ese gremio (la música militar nunca me supo levantar).

Yo no he estado, no tenía la obligación y no sentía devoción, en el acto de homenaje a la bandera española, porque no era un acto de homenaje a los símbolos que nos unen a los españoles sino un intento de su utilización partidista. Da vergüenza ajena ver el alcalde del PP, sí Torres Hurtado ha dejado de ser el alcalde de Granada (si algún día lo fue) para ejercer y utilizar su puesto en beneficio y al servicio del PP, de la derecha más reaccionaria y déspota (des-ilustrada).

Da vergüenza ver al alcalde, una persona que votó en contra de la Constitución Española, querer erigirse ahora en guardián de sus valores, mientras a su lado sacan pecho los que están a favor de la pena de muerte, y el mismo día en que el Partido Popular incrementa la crispación y provoca el enfrentamiento entre españoles. Torres Hurtado se suma a esta estrategia de confrontación con un discurso metafórico que provocó hilaridad entre los que saben de la incapacidad del alcalde para florituras expresivas.

Para el PP todo vale y ayer llegaron al límite con lo del boicot a la cadena SER y a todo el grupo PRISA. Pensarán que así podrán dar mensajes a su clientela de que la “verdad” está en otros medios y no se contaminen por las ondas del pecado.

Se han tirado a la calle, utilizan los pásalo y la red para la propaganda porque creen que perdieron las elecciones por culpa de estos instrumentos. Todavía no se han enterado que por lo que perdieron las elecciones, sobre todo, fue por no hacerle caso a la gente y por querer engañarnos. Lo que no sé es cómo van a poder mantener sus mentiras tanto tiempo si no fueron capaces de aguantarlas tres días, desde el 11 al 14 de marzo de 2003, cuando tenían todo el aparato del gobierno y una gran complicidad mediática, que hoy en buena medida mantienen. Quizás se conformen con mantener fieles a los suyos, suyos (que son muchos aunque no son la mayoría) y hacer todo lo posible porque los demás estén divididos, aburridos, desorientados y la Ley d`Hont haga el resto.

Por lo demás, en la nueva Avenida de la Constitución, (aprovechad para pasearla ahora antes de que llegue el verano porque entonces habrá que esperar a la noche para poder recorrerla sin “asarse” -¿dónde están los inmensos árboles que iban a traer de no sé donde?-), falta la también constitucional bandera de Andalucía, un símbolo tan de identidad para mí como el español, y falta también la bandera de Europa, la única salida, por arriba, a todos los nacionalismos. O sobran todas y así poder mantener esa postal que tengo grabada en mi memoria desde que tenía cinco años y entraba, en tranvía, por donde ahora han colocado este inmenso mástil. Para los pequeñitos, de espíritu, el tamaño sí les importa.

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